Cosas que pasan

Ricardo Castillejo / Rcastillejo@grupojoly.com

Más campanas de boda

EL jueves les contaba que Patricia Ledesma, de Gran Hermano, se casará a finales de octubre. Dos días después, aquí me tienen de nuevo hablándoles de otra boda, por si fuera poco, de ésas de las que, de verdad, se celebran por amor del bueno.

Así lo declaró ayer por la mañana Belén Esteban en el programa de Ana Rosa, presentadora para la que, por ética profesional, había reservado la noticia -porque no existirán exclusivas- de su enlace. Así, la ex de Jesulín contraerá matrimonio con Fran, su novio camarero, el viernes 27 de junio a las ocho y media de la tarde. Una excelente buena nueva gracias a la que sellarán su unión, al menos en principio, para siempre.

Emocionada y feliz, la Esteban pasará por el altar vestida de blanco y, repito, ni se embolsará un euro por distribuir la información, ni hay otra excusa para dar el paso más allá que el simple deseo de ambos contrayentes de convertirse en marido y mujer. Y yo, por pensar, como Rosa Clará me contaba de un bodorrio que este año a todos nos sorprendería, deduzcoý ¿será éste?

Ya nos enteraremos si es suyo o no el diseño nupcial porque, está claro que nos encontramos ante una persona cuya vida no pasa precisamente desapercibida. Desnuda en Interviú, imitando a Madonna en los carnavales de Tenerife, perseguida por los paparazzi, ingresada en el hospital, la madrileña ha sido capaz, a raíz de una relación que no llegó a buen término con el torero de Ubrique, de echarse el mundo por montera -expresión que nunca pudo ser más adecuada-, y montarse en el dólar.

Veinticuatro mil euros es lo que cobra al mes por sentarse en el plató de Telecinco esta peligrosa rubia sin pelos en la lengua de la que, ya que estamos con asuntos cuantitativos, si teclean su nombre en Google, encontrarán casi 200.000 referencias. El doble de lo que hallarían si buscasen, por ejemplo a Isabel Preysler que, poco a poco, cede su trono del reino de corazones a nuevas monarcas. Los pobres se vuelven reyes y los reyes, pobres. ¿Será el fin de los tiempos y todavía no nos hemos dado cuenta?

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