DESDE que escuché a Jesús Caldera ayer hablando de economía me he quedado mucho más tranquilo. Sí señor, pero que muy tranquilo. Todo el mundo estaba escandalizado quizá porque desconocía que nuestro PIB ha crecido un 3%, así, de forma estable, como si tal cosa. Además, la seguridad de Caldera, que es hombre cabal y preparado, a la hora de afirmar que, sin duda, creceremos por encima de la media europea en los próximos años ha terminado de relajarme. Con un PIB tan sano y previsiones tan halagüeñas no entiendo a cuenta de qué retraernos a la hora de tirar de billetera. Según el triste extracto de mi cuenta, he contribuido a esta lozanía económica haciendo crecer los índices de consumo y lamento que mi esfuerzo no haya servido a levantar ese 10% de reducción de ventas de los comercios. Se intentó, pero es que hay gente muy desconfiada que no entiende que cuando Caldera dice que no hay crisis es que no hay crisis. Me cachis, con este pedazo de PIB que tenemos...