Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Otra dosis contra el síndrome de abstinencia

El España-Italia se nos presenta como un duelo en el que vamos de aparentes favoritos

Con la vitola de ser el único equipo invicto en este fantástico Europeo Sub-21, España colisiona con Italia, una vez más con Italia, para pleitear por un lugar al sol de la final del viernes. Está cumpliendo con creces este torneo con su condición de paliativo que cura el síndrome de abstinencia que nos provoca la ausencia de fútbol del de verdad, de ese que nos apiña ante el televisor y que gracias a nuestros jóvenes representantes es una bendición.

Otra vez Italia en nuestro camino y ahora nos llega un equipo que, sin abandonar del todo sus auténticas señas de identidad, las que Helenio Herrera inoculó en el Calcio, se nos presenta con ciertos retoques. Retoques estéticos que pasan por un centrocampismo de más toque y menos marcajes persecutorios. Por lo que le hemos visto ante Dinamarca y Alemania, esta Italia parece como si estuviera bebiendo de la exitosa fuente que surtió de éxitos a España.

En este tiempo de elucubraciones de vísperas juega a favor de los nuestros el carácter de no haber echado un solo borrón en su carrera hasta aquí. Ligó tres de tres con goleada a Macedonia, palo gordo a Portugal y trámite resuelto ante Serbia. Por su parte, Italia, aparte de su buen papel con alemanes y daneses, bebió un amargo cáliz ante los checos. Claro que argumentar un pronóstico sobre la base del trayecto es tener ganas de equivocarse una vez más.

Celades puso a los reservas ante Serbia y en ese equipo no estaba Ceballos. El bético da la impresión de haberle ganado la mano al barcelonista Denis Suárez, por lo que puede asegurarse que el utrerano va a ser de la partida ante los transalpinos. A esa hora ya sabremos el nombre del finalista que se enfrentaría a los nuestros o a esa squadra azzurra que anda renunciando a parte de su ADN, pero no a todo. Sea como sea, otro motivo para combatir el síndrome de abstinencia.

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