Yendo al grano

Víctor Cantero

El ejemplo

O cómo predicar con lo contrario. Así se podría re-titular el jugoso artículo que Alfonso Ussía dedica a Penélope Cruz, la Pasionaria de Alcobendas, en La Razón, (27.1.11). Y ello a propósito del reciente alumbramiento del primer descendiente de la actriz en el Cedars-Sinaí, uno de los Hospitales más lujosos de USA. La crónica de Ussía no tiene desperdicio, dice verdades como puños. Mucho o poco se ha podido decir en los medios españoles en relación con el feliz parto, pero a la hora de poner blanco sobre negro nada tan clarito como la pluma del periodista.

De puertas para a dentro, de las costuras de piel Ibérica hacia la meseta el tándem Cruz-Bardem pintando de lo más de izquierdas que se pueda. Allí donde se celebre una movida izquierdista, dígase mitin, manifestación o proclama de IU, allí que van ellos. Digamos que de cara a la galería y como modo de congraciarnos con el populo somos los más progres de los progres. Pero de ahí a dar a luz en un mísero hospital hispano de la Seguridad Social va un abismo. Mi niño nace en suelo americano y recibiendo los cuidados médicos de uno de los mejores equipos de ginecólogos del mundo, y ello pese a que la factura del parto se acerque a los 100.000 euros. Y no es que yo censure que quien pueda costearse asistencia médica capaz de garantizarle su curación, lo haga. Lo que aquí traemos a colación no eso, sino el abismo que media entre lo que se predica y lo que se hace. No se trata de ser más comunista que el afiliado más antiguo, sino de, por lo menos, parecerlo.

Los tiempos que corren son más propicios aún, si cabe, a mirar con lupa a quienes dicen iniciar con sus nombres las listas de determinadas ideologías y corrientes de pensamiento. En una España que sobrepasa los cuatro millones setecientos mil parados lo que nos sobra son muestras de frivolidad y de ostentación. Menos predicar y más dar algo de trigo. Queremos gestos solidarios, deseos que nada tienen que ver con la pericia de muchas celebrities para evadir nuestro fisco y para amasar fortunas fuera de nuestras fronteras. Allá cada uno con sus historias, pero que donde las dan las toman y al torcer el recodo del camino a buen seguro que ya no será posible presentarse ante el público cual “descamisados”.

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