EL nuevo Presidente del Real Madrid tiene toda la cara de Presidente del Real Madrid. ¿Han visto ustedes que es un auténtico modelo de lo que se espera sea un Presidente de club de fútbol? Ahí lo tienen ustedes. Es empresario, viste bien, come mejor, en su casa no tienen problemas para llegar a fin de mes, Cofidis no lo llama porque el banco le ha devuelto el recibo del préstamo del último mes, Telefónica todavía no le ha cortado la línea por impago, se peina para atrás con mucha brillantina ¡No eres tú viejo! ¡Será con gomina! Pues con eso.

Todo lo exigible lo tiene este señor que dice que es naviero. ¡Como Onassis, pero sin gafas de aquellas de las patillas grandes, sin Jackie y sin yate Christina! Yo, eso de naviero no me suena nada más que a Onassis. De todas maneras, lo dicho, la imagen que ustedes tienen de Presidente de club de fútbol, esa la da con creces este señor. ¿Cómo se llama? No, Florentino, no. Ese fue y a lo mejor vuelve a ser. Calderón, tampoco. Ese es el que ha tenido que coger Puerta, Mondeño y Camino. ¡Que no, Mendoza fue aquel del pelo blanco que dicen las malas lenguas que se murió… en los mares del Sur! Se llama don Vicente Boluda. Pues ese nombre no le pega a un Presidente del Madrid. ¡Tú que sabes!, si tu Presidente ni es empresario ni se pone brillantina. Porque es calvo y no tiene un pelo de tonto. Pero es rico y tiene cara de… Presidente de club de Primera. Bueno de primera o de segunda.

¿Acuérdate de aquel que tenía la casa en la calle Porvenir y que dicen que no sabía meterse la mano en el bolsillo para sacar la cartera y pagar? Ese también estaba en el tipo.

No cabe la menor duda de que se trata de un auténtico gremio, el gremio -no ilustre- de los Presidentes de Clubes de Fútbol.