A rienda suelta

Manuel Moure / Mmoure@diariodejerez.com

La guerra del spray

JEREZ está sumida de unos meses a esta parte en la guerra del spray. Brigadas de improvisados artistas se echan a la calle para dejar su indeleble marca en las paredes ajenas. Unos lo hacen con la intención de dejar su huella en cualquier callejuela fastidiándole el día al propietario de la pared, ya que los muros, aunque lo parezca, no son huérfanos. Otros intentan convertir un viejo tabique en una obra de arte, pero por desgracia son los menos abundantes. Y también existe ese otro tipo de brigadista del spray que ni siquiera necesita colores pues con uno , sea cual sea el tono, va que chuta. Ese ciudadano comprometido con las libertades que se jugaba la vida en plena noche para 'dedicarle' una frase a la dictadura franquista era un bravo. Quien hace pintadas hoy es tan sólo un guarro. Son los que creyeron en su tiempo que "una pintada es un grito en la pared" cuando no deja de ser una cochinada de carácter supino que, como siempre, se hace en pared ajena.

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