SIEMPRE me ha gustado conocer el significado de los nombres, su simbología, su origen y todo lo que puede llegar a representar. Creo que en buena parte un nombre define a la persona que lo porta y le hace actuar de una o de otra manera con respecto a los demás. Por ejemplo, antes cuando dominaban las Lourdes, Isabeles y Mari Carmen la niña que se llamaba Jennifer era distinta a las demás. Podía presumir de nombre extranjero, de un puntito 'chic' de película o serie americana y delante de las otras niñas podía fardar. Ahora, en mi opinión, las tintas han cambiado y de los Kevin Costner de Jesús y las Debo, como se han hartado de pregonar Los Morancos, se ha vuelto a lo de antes. Sí, a lo de solera, a llamar a los niños Antonio (que quiere decir digno de alabanza) o Manuel (que significa Dios con nosotros) y a las niñas con un nombre tan simple y a la vez tan bonito y musical como María (la elegida). Por cierto, para los curiosos, Noemí (con tilde) es de origen hebreo y significa "mi delicia".