Cosas que pasan

Ricardo Castillejo / Rcastillejo@grupojoly.com

El letrado de la abogada

PARECE el título de una película de los años sesenta, ¿verdad? De ésas que se hacían en plena época del destape y que, sin tener claro ni un guión, ni los actores que componían el reparto, ni nada de nada, sabíamos perfectamente de qué trataban. Y así y todo nos las tragábamos porque, como no había otra cosaý Cuarenta años después, para bien o para mal, tampoco hemos cambiado tanto. Por eso, El letrado de la abogada, nuestro estreno de hoy, es posible que pase sin demasiada pena ni gloria.

Protagonizada por Ana Obregón, en su reparto hay un papel destacado para Teresa Bueyes, amiga en tiempos de "la" Fantástica y también de su ex, Darek -responsable a su vez del cambio de la moda que por aquel entonces hacía suspirar por las suecas, por la más actual que convierte en objeto de pasión a los rumanos-. En nuestro argumento, Anita acusa a Bueyes de supuestas amenazas y ésta, agobiada, debe recurrir a un compañero de profesión, Oscar Zeín, para que se encargue de asesorarla y representarla cara a la justicia. Cansada, agobiada y estresada, Teresa me confiesa antes de ayer -día del escándalo-, que no puede más y que el asunto se debe a una venganza de "la" Obregón. "Todo es mentira", añade y, tajante, niega de seguido que vaya a acudir a ningún programa de televisión para contar su versión de los hechos. Después, me suplica un tiempo para descansar tras el que, ayer, vuelvo a la carga. Mantenida entonces su desgana, como una exhalación pasa el teléfono a Zaín quien, a partir de ahora, será nuestro intermediario. "De ser cierta esa denuncia, que hay que verificar pues todavía yo no la he visto, declararemos ante la policía o el juzgado y tomaremos las medidas oportunas", me explica. "Mi defendida está abatida por los comentarios personales y familiares. No le han llamado tonta precisamente. Hay que valorar lo sucedido con hechos pues, hasta ahora, nada en firme poseo". Momento de los créditos finales. Déjenme que ponga música para despedir. Algo así como "...si yo tuviera una escobaý ¡cuántas cosas barrería!".

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