A rienda suelta

/ José Padilla / Jpadilla@diariodejerez.com

Nunca llueve a gusto de todos

Por lo menos una alegría: tenemos agua para rato. Hace quince años nos echábamos a temblar todos los veranos pensando que a la vuelta de la playa te ibas a lavar en un barreño. De aquellos tiempos dicen que nos ha quedado la cultura del ahorro y más nos vale al precio que está. Pero en otros pueblos las aguas siguen bajando turbias y las están pasando moradas. No considero que decir que quedan reservas para tres años provoque un insensato despilfarro, pero también son bastantes los que no la ahorran, se dice. Quizá, como todo, el dinero sea el elemento disuasivo y no una supuesta conciencia verde: cuando se disparen los costos del agua y de la electricidad, que está al caer, empezaremos a cerrar más el grifo, a apagar las luces y usar menos el coche, si lo de los autobuses no están de huelga. Pero las Administraciones deberían aportar algo más que un granito de arena y ayudar a adquirir aparatos más económicos y respetuosos con el medio ambiente. Así ahorraríamos todos.

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