CATAVINO DE PAPEL

Manuel Ríos Ruiz

Los médicos, esos enfermos

SEGURAMENTE, usted, posible y atento lector de este espacio, no habrá echado hoy sal molida en el azucarero, ni adelantado los relojes de la oficina, porque las inocentadas están un poco pasadas de moda, aunque los medios de comunicación suelen continuar intentando dárselas a los lectores. Recuerdo que tal día como hoy, hace una racha de años, comentamos en estas páginas un libro inexistente, publicando incluso una falsa portada. Y supimos que algunas personas lo solicitaron en las librerías de la ciudad. Incluso hubo quien me escribió una carta requiriéndome información al respecto. Naturalmente, le pedí disculpas por la broma. Por eso, mi compadre El Miscelánea, que viven en Chipiona desde que se jubiló de Mercamadrid, me telefonea para decirme que podría comentar, este veintiocho de diciembre, una realidad que parecería una inocentada. Le digo que se explique. Y me cuenta: "He leído un informe del Plan de Atención al Personal Sanitario Enfermo y me he quedado verdaderamente sorprendido. Resulta que cuatro de cada diez de los médicos españoles son unos enfermos de cuidado, porque muchos son crónicos. Sí, los hay que están inmersos en el alcoholismo y en la drogadicción. Otros que viven perturbados por conflictos familiares y sufren ataques de ansiedad y padecen depresión. Algunos llegan a suicidarse. Y hay más, tienen problemas cardiovasculares y de cirrosis". Le advierto a mi compadre El Miscelánea, que nada de ello me extraña, porque los médicos no son seres sobrenaturales, sino personas humanas expuestas a cualquier virus como todo quisque. El Miscelánea me admite la observación, pero continúa con su relato: "También conozco una encuesta del Colegio de Médicos de Madrid, que se las trae sobre los médicos enfermos. Te la recito: cada cuatro de diez médicos reconoce padecer estrés, el dieciséis por ciento toma psicofármacos, es decir, hipnóticos, tranquilizantes y antidepresivos, y el uno por ciento confiesa que es adicto a drogas ilegales, junto a un quince que fuma, pese a que recomiendan no hacerlo a todos sus pacientes. Y lo peor es que la mayoría de ellos se automedican, no consultan con sus colegas o lo hacen sólo en los pasillos.". Al llegar a estos datos, le pregunto a mi compadre El Miscelánea, dónde se ha informado tan puntualmente. Me contesta: "En la prensa. No sé como tú, siendo periodista, no lo sabes". Tengo que apuntarle que a veces a los periodistas se nos escurren temas, porque no podemos humanamente estar atentos a tantos como se nos ofrecen a cada hora. Y que es verdad, escrito hoy esto de los médicos enfermos parece una inocentada, siendo una realidad lógica. Y que los galenos nos perdonen el titular.

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