CUANDO todos creíamos que llegaba el turno de guardar los jerseys se cuello vuelto, nos chocamos con un canto (véase también piedra) en los dientes con los cambios en la meteorología local. Sí, después de unas semanas con unos mediodías en los que la manga corta ha proliferado, ahora le toca el turno de nuevo a los pantalones de pana y al abrigo, por no hablar de sacar a pasear el paraguas. Lo de este invierno, ya lo dije en otro espacio similar, es de órdago y seguro que lo que nos espera no es otra cosa que pasar a los tirantes enseguida. Los expertos ya han hablado del desastroso efecto que la acción del hombre está haciendo en los polos, con pérdidas de hielo del tamaño de Groenlandia. Ahí queda eso. Y sin que ni siquiera nos despeinemos, ni nos molestemos en hacer una pequeña revisión en casa para ahorrar energía o en acudir andando o en autobús al trabajo para evitar contaminar con combustible innecesario. Pero claro, eso es harina de otro costal.