No sólo este que esto les escribe ha denunciado el pésimo estado en el que se encuentran algunas de las calles del centro de Jerez. Pésimo es un adjetivo que ustedes pueden cambiar por otro que aumente hasta sus máximos límites expresivos la dimensión del asunto; toda vez que el problema es de connotaciones exageradas, aunque desde la primera institución municipal se siga mirando a otro lado. Muchos ciudadanos, sobre todo aquellos que utilizan un vehículo para sus desplazamientos, han puesto el grito en el cielo ante la situación de manifiesto abandono en el que se encuentran vías céntricas como Corredera, Esteve, Santa María, Arcos... Si ustedes utilizan el coche por estas calles, en cualquier momento pueden sentir como el vehículo parece partirse por la mitad o que los neumáticos estén a punto de estallar o el chasis romperse en pedazos. La cantidad de baches es descomunal, la dimensión de los mismos, de cráter volcánico; los desniveles para qué les cuento y, así , todo. Escribía no hace mucho tiempo, denunciando tal situación que, seguramente, nuestra señora alcaldesa no es habitual por estas calles. Si lo fuese podría haber sufrido un probable accidente de huesos. Creo que, todavía, no ha circulado por ellas porque, si lo hubiese hecho, ya, sabríamos que se le había caído la cara por un topetazo en uno de esos vaivenes o, quizás, por vergüenza. El otro día, en la intersección de Corredera y Esteve pudimos comprobar cómo el paso de peatones, allí existente, se había asfaltado y pintado. A los transeúntes se nos iluminó la cara. ¡Por fin!, pensamos. Pero nuestro gozo en un pozo - nunca mejor dicho por los boquetes existentes -. Sólo se había arreglado el paso de cebra; lo demás, seguía en su patético y sempiterno estado de calle a lo Alepo.

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