CASI 15.000 penitentes saldrán a la calle en Jerez esta semana según el Diario. ¿Alguien es capaz de juntar tanta gente en una manifestación en nuestra ciudad? Además con un añadido… la inmensa mayoría va con la cara tapada para que nadie sepa quién es. Aquí nadie va luciendo palmito, ni los gemelos de oro, ni el peluco del aniversario. Se va, al menos la mayoría, a lo que se va. Pero… y en Sevilla y en Málaga, y… ¿Quién tiene este poder de convocatoria? ¿Quién es capaz de organizar simultáneamente un evento en todo el país que haga que millones de personas se muevan para ver cómo celebran otros una semana? Ello, obviamente, no sólo no da derecho a nada toda vez que quien realmente convoca va encima del paso y no en el cortejo, sino que por el contrario en opinión de mi amigo, y yo lo comparto, obliga a quienes participan y organizan, a acercar a todos la posibilidad de disfrutar lo más posible de lo mismo que disfrutan los que van de penitentes. Y también a quienes son jefes, portavoces y guardianes de las creencias que unen a tantos bajo el antifaz, a dirigir de acuerdo al siglo en el que estamos y se produce este acontecimiento. Si no somos capaces de adecuarnos a los tiempos en que nos encontramos, serán estos quienes arrasen dejando fuera a quienes no estén fuertemente sujetos en sus creencias, y no es de recibo que se deje a tanta gente por el camino.

Además, el conocimiento de esa fuerza oculta que se extiende sobre tanta gente que desde el cortejo o desde la calle, ya sea en un palco o desde la acera espera paciente para verlo pasar rápidamente en su trono o en su palio debe llevar a replantearse el uso de la misma y desde luego a evitar aquello de "a Dios rogando y con el mazo dando". Las confesiones religiosas no deben cobrar subvenciones de nadie. Deben recibir lo que les corresponda por los servicios que prestan a la comunidad y a partir de ahí se tendrá libertad para exigir y para dar cuando haya que dar, pero recordando que hay que representar a la mayoría y desde luego, que si se da, a quien se da…¡no se reza!