La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Nos suena esta canción, presidenta

Decir que lo que hay tras los ERE es un "ataque salvaje" contra personas "honestas" recuerda la canción del PP

Según ha dicho -más bien repetido- la presidenta de la Junta en la Ser, tras el juicio de los ERE lo que hay es un "ataque salvaje" contra Chaves y Griñán, dos personas "honestas y decentes" como demuestra que tras ser investigados "de arriba abajo no se ha encontrado nada". Ni "se han llevado un duro" ni "ha habido financiación ilegal del PSOE-A" concluye, preguntándose: "Entonces, ¿qué es lo que ha habido?". Y responde: "Han querido ganar en los juzgados lo que no han ganado en las urnas".

La letanía de que no se han llevado un duro tal vez sea eficaz para la militancia más cerril o mejor estabulada y para los votantes más burriciegos (como sucede con el PP, la ex CiU y sus respectivos escándalos y casos de corrupción), pero no aporta ni disculpa nada. No está en cuestión aquí el enriquecimiento personal, sino la presunta responsabilidad penal por el uso indebido de los dineros públicos para beneficiar a algunos (lo sabían y lo consintieron) o la culpa in vigilando (lo ignoraban faltando a sus responsabilidades). Y si grave es "llevarse un duro" al bolsillo propio esquilmando los dineros públicos, igualmente lo es -si no más- financiar al partido o crear una red clientelar. La justicia establecerá lo que haya pasado. Pero que algo, y muy grave, ha pasado está claro tras una larguísima investigación y miles de folios. Que los ex presidentes no se hayan lucrado personalmente es importante, desde luego, pero no lo que se juzga ni lo decisivo en este caso.

Establecer que se es honesto y decente por no haberse enriquecido supone alzar un muro absurdo entre las responsabilidades personales y las políticas, entre la vida privada y la pública. No sólo el político que se enriquece es un corrupto, hay que insistir en ello. Lo desolador de esta cuestión, y lo que permite albergar pocas esperanzas de cara al futuro, es la cerrazón endogámica de los partidos ante los casos de corrupción que les afectan. Todos tienden primero a negar y después, cuando la justicia se pone en marcha, a la incoherencia de disculpar a la vez que cortan amarras con los infectados. Decir que tras el caso de los ERE lo único que hay es un "ataque salvaje" que busca "ganar en los juzgados lo que no han ganado en las urnas" es una canción que suena demasiado parecida a lo que dice el PP con respecto a sus propios casos de corrupción. Y, como dicen los franceses, on connaît la chanson.

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