Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

No me tires bocadillos de jamón

¿Debe un ayuntamiento sin liquidez como el de Jerez rechazar un crédito de 65,4 millones por "electoralista"?

Ahora que se celebra el concurso de agrupaciones de Carnaval en el Gran Teatro Falla ha venido a mi memoria un estribillo del Peña, famoso cuartetero: "No me tires bocadillos de jamón, que me puedo mosquear". El motivo ha sido la concesión por parte del Gobierno central de una nueva línea de préstamo al Ayuntamiento de Jerez por valor de 65,4 millones de euros, la mayor de un total de 467 millones en todo el país para municipios en riesgo financiero. La medida, que viene a aliviar la liquidez para atender sentencias en contra del Ayuntamiento y pagar préstamos, ha sido acogida y vendida con regocijo por el PP de Jerez, probablemente con un afán electoralista, sí, a poco más de un año de los comicios locales. Faltaría más. Sería hasta sospechoso que lo escondieran.

Lo que llama la atención es que desde el gobierno local, el delegado de Hacienda, Santiago Galván, haya saltado al instante para criticar con dureza esa línea de préstamo, llegando a calificarla de "duros a cuatro pesetas" en una tribuna con símiles carnavalescos publicada en este Diario. Recuerda Galván aquellos duros antiguos que tanto en Cádiz dieron que hablar y viene a decir que esos 65,4 millones son el chocolate del loro y que casi mejor que no se los concedan a Jerez. Vamos, desacredita el crédito. Le ha faltado afirmar al responsable económico de uno de los Ayuntamiento más entrampado de España que es, valga la redundancia, una trampa en la que Jerez no debe caer. Lo lógico tras sus palabras es que la ciudad renuncie a esa línea de crédito, rebosante como está de liquidez, y que confíe en sus numerosos recursos para generar ingresos cada año. Con suerte, dentro de dos mil años, año arriba o año abajo, esa deuda estará liquidada.

Exageraciones aparte, también habría que preguntarse si este rechazo del actual gobierno local de Jerez se habría producido en el caso de que en Madrid gobernase el PSOE. Veríamos a la diputada Miriam Alconchel vendiendo este nuevo crédito como una apuesta del Gobierno central por Jerez y a Galván dándole las gracias. Por muchas otras medidas que, en efecto y como él dice, debería tomar el Ministerio de Hacienda para ayudar a ayuntamientos asfixiados como el de nuestra ciudad. Pero, de ahí a despreciar por "electoralista" que a uno le ofrezcan desde lo público las ayudas que el mercado (los bancos) no te dan, hay mucha distancia. ¿Qué es más arrogante? ¿Darlas o rechazarlas?

Insiste el gobierno local en que lo que de verdad Jerez necesita es que se elimine la regla de gasto del Ayuntamiento impuesta por Montoro. Poco parece que hemos aprendido de los años en los que los ayuntamientos gastaron por encima de sus posibilidades creyendo que los ingresos por el ladrillo lo cubrirían todo y serían eternos. Años en los que un concejal mandaba -y movía- más que un ministro. Ya hemos visto el resultado. Lo extraño es que si una de las formas de salir del pozo es con préstamos, la respuesta sea "no los quiero" porque los promueve el Gobierno que ocupa un partido que no es el mío.

Es el sino de este año preelectoral: al enemigo, o del enemigo, ni agua. "No me tires bocadillos de jamón, que me puedo mosquear". Blam, blam.

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