El PSOE se aleja de la moderación

Con su elección, el PSOE se acerca al campo gravitatorio de Podemos y amplía el espacio electoral del PP por su izquierda

La victoria de ayer de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE tiene una primera y evidente lectura: la militancia socialista ha decidido apartar al partido de la senda de moderación que lo ha caracterizado desde la Transición y que lo había llevado a ser el partido hegemónico de la izquierda y uno de los pilares fundamentales del sistema. Durante los últimos tiempos, Sánchez, con el que el PSOE ha obtenido los peores resultados electorales de su historia reciente, ha hecho gala de un discurso populista y radical muy alejado de la izquierda moderada con vocación de forjar mayorías desde las clases medias y profesionales. Con su elección, los socialistas dan un paso más hacia el desastre político y se acercan peligrosamente al campo gravitatorio de Podemos. Como se suele decir en política, entre el original y la imitación, los electores suelen optar por el original. El PSOE corre el peligro de quedarse sin discurso propio y ser un mero telonero de Podemos, que sabe navegar mejor que los socialistas en las aguas del populismo.

Asimismo, la opción por Sánchez amplía el espacio político del PP por su izquierda, ya que aleja del PSOE a los votantes progresistas moderados que rechazan los excesos del radicalismo. Las primarias socialistas le dan un auténtico balón de oxígeno a un partido que vive momentos muy complicados por los continuos casos de corrupción en los que se ve envuelto. A partir de ayer, el PP se queda prácticamente como el gran único partido sistémico que, independientemente de otras cuestiones, apuesta por la moderación.

Se equivocan aquellos que piensan que el PSOE es indestructible. Si algo enseña la historia es que las instituciones caducan y desaparecen si no son bien gestionadas. La historia más reciente de Europa está llena de ejemplos de partidos socialistas que han quedado condenados a la irrelevancia. Un ejemplo muy cercano lo hemos vivido con las últimas elecciones presidenciales francesas. Un radicalizado PSF ha sido duramente castigado en las urnas, mientras que un hombre proveniente del centroizquierda como Emmanuel Macron ha obtenido una contundente victoria. Un escenario político con un PSOE condenado a la marginalidad es perfectamente posible si este partido se sigue empeñando en perder la senda de la moderación. Si Pedro Sánchez opta por volver a los tiempos de la inestabilidad política y la agitación, con el consiguiente freno de la recuperación económica y el regreso de la incertidumbre a todos los niveles, lo acabará pagando en las urnas.

Hay que hacer mención aparte de la situación de incertidumbre en que queda Andalucía tras la derrota sin paliativos de Susana Díaz, cuya carrera política se encuentra comprometida, aunque no finiquitada. Los próximos tiempos serán decisivos para nuestra comunidad autónoma.

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