Una financiación justa para todas las autonomías

La financiación autonómica no debe servir para separar aún más a las autonomías, sino para fomentar la solidaridad y el respeto

Como era de esperar, la Conferencia de Presidentes celebrada ayer en Madrid se centró, fundamentalmente, en la reforma de la financiación autonómica para buscar un marco estable que satisfaga a todas las regiones que componen España y que posibilite la estabilidad territorial durante los próximos años. Evidentemente, no se llegó a un acuerdo definitivo (tampoco se esperaba), pero sí se ha puesto en marcha una comisión que estará formada por un especialista de cada autonomía y a la que se le da el plazo de un año para que cierre sus conclusiones. El hecho de que se acote el tiempo de trabajo de esa comisión es importante, porque de no ser así se correría el riesgo de que los debates se eternizasen en el tiempo para, al final, no llegar a ningún acuerdo definitivo. Un año es un plazo razonable, pero no mucho más.

A nadie se le escapa que el camino que tendrá que recorrer esta comisión no será, precisamente, de rosas. Por lo pronto, no contará con un representante de Cataluña, cuyo Gobierno, inmerso en el proceso soberanista de todos conocido, ha intentado boicotear por todos los medios la celebración de la Conferencia de Presidentes alegando que sus derechos históricos le dan el privilegio de un trato bilateral con el Ejecutivo nacional. En este sentido, el presidente Rajoy estuvo ayer acertado en su comparencia ante la prensa al tender la mano a Cataluña para que se incorpore al proceso en cuanto crea oportuno, pero también al dejar muy claro implícitamente que la financiación de las autonomías es algo que compete a todos los territorios de España y no sólo a una comunidad en concreto, por mucho que tenga sometido al resto al chantaje soberanista. La Generalitat debe rectificar e incorporarse cuanto antes a los debates sobre la materia. La financiación autonómica no debe servir para separar aún más a las autonomías, sino para crear un ambiente de solidaridad y de respeto que nos haga crecer como país.

Respecto a las reivindicaciones de Andalucía, según las detalló ayer su presidenta, Susana Díaz, son justas y razonables. La armonización fiscal (que la presión de los impuestos sea similar en todo el territorio español) parece lógica si queremos mantener una economía y un mercado cohesionados y evitar paraísos y competencias desleales. Respecto a los mayores fondos para la dependencia, es una medida más que necesaria en un mundo en el que las cargas familiares pueden suponer un factor más de desigualdad y discriminación. Eso sí, como dijo ayer Rajoy, todo dependerá del buen funcionamiento de la economía. Si el Estado no genera recursos, poco habrá que repartir con las autonomías.

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