El importante aumento de la inmigración irregular

Somos la frontera sur de la UE y tenemos la obligación de custodiarla si no queremos despojar al Espacio Schengen de sentido

Tal como informamos hoy en este periódico, en los últimos tiempos se ha registrado un espectacular aumento del número de inmigrantes irregulares que intentan alcanzar el sueño europeo a través de la ruta Magreb-Andalucía. Esta tradicional vía había quedado marginada recientemente en favor de otras, como la oriental (a través de Grecia) o la central (Libia-sur de Italia), pero los últimos acontecimientos políticos y estratégicos, como los acuerdos firmados entre Turquía y la Unión Europea o la complicadísima situación de Libia, han hecho que la opción andaluza haya crecido hasta un 300%, lo cual supone todo un desafío tanto para nuestras fuerzas de seguridad como para nuestro sistema asistencial y solidario, tanto público como privado (ONG, Iglesia católica, etcétera). La relajación de la acción de las fuerzas policiales marroquíes ante un fenómeno que ya claramente le desborda (esta vez no hay intencionalidad política, como sí ha ocurrido en otras oleadas) es la otra gran razón para el aumento de la estadística.

Cuando se habla de inmigración irregular hay que hacerlo con sumo cuidado y rigor, ya que es un tema susceptible de manipulaciones y polémicas estériles, como las observadas recientemente entre el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, y las ONG que se dedican a la asistencia de los inmigrantes. Es cierto que España debe ser sumamente respetuosa y solidaria con las personas que, huyendo de la miseria, la explotación y la tiranía intentan llegar a nuestras costas, pero también lo es que no se puede caer en el buenismo y en la ingenuidad. Somos la frontera sur de la Unión Europea y tenemos la obligación de custodiarla si no queremos despojar al Espacio Schengen de sentido y seguridad. En general queda poco por inventar y el camino para frenar estas oleadas pasa por aumentar la colaboración hispano-marroquí y la ayuda de la UE, la persecución de las mafias y el intento de mejorar en lo posible las condiciones de los países de origen para, de esta manera, hacer poco atractivo el largo y peligroso viaje de la inmigración irregular.

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