UN mes de intensas negociaciones, que se prolongaron hasta la madrugada de ayer, ha terminado felizmente con el logro de un gran acuerdo social contra la crisis. La mayor determinación del Gobierno, el temor de los sindicatos a verse abocados a una nueva huelga general y el cambio operado en el liderazgo de la patronal han hecho posible un pacto que, si bien hubiera sido mucho más eficaz de haberse alcanzado en los años anteriores, va a contribuir poderosamente a la estabilidad social y económica que necesita este país. En vísperas de la visita oficial de Angela Merkel a España, el panorama que se ofrece a los aliados europeos, a los acreedores del país y a los mercados financieros es ya muy distinto al acostumbrado. El acuerdo va más allá de la reforma del sistema de pensiones que, aunque socialmente doloroso, viene a garantizar la protección social de las generaciones futuras, y de la reforma en profundidad de las cajas de ahorros, con plazos perentorios para su saneamiento, ya que incluye las bases principales de la negociación colectiva, las directrices de la política industrial y energética y la reconstrucción de la mesa de la función pública como órgano de diálogo entre el Gobierno y los funcionarios y empleados públicos, grandes perjudicados por los recortes de mayo de 2010. Además, se ha instrumentado un plan de choque contra el paro de dos de los colectivos más dañados por la crisis: los parados jóvenes y los de larga duración, con bonificaciones a la contratación y restauración del subsidio de 400 euros vinculado a la formación y con cargo a las arcas del Estado. Cuando hoy se escenifique solemnemente el pacto, con su firma en La Moncloa, se habrá dado un paso importante hacia la vuelta de la confianza de los agentes económicos y la conquista de la paz social sobre la base de los sacrificios compartidos que exige la crisis. No van a desaparecer los pavorosos problemas que padece la economía nacional, por supuesto, pero este consenso, que refrendarán los grupos parlamentarios, la pone en el buen camino. Es una buena noticia.