Tribuna

Juan Rivera

Ph. D. American Leadership Strategies

Hillary Clinton es pedófila

Hillary Clinton es pedófila Hillary Clinton es pedófila

Hillary Clinton es pedófila

No, Hillary Clinton no es pedófila, pero en internet muchas personas lo dicen y muchas otras lo creen. Por ello, un joven entra en un restaurante de Washington D. C. (la noticia real) con una pistola para enfrentarse al grupo de pedófilos (en el que se incluye a Hillary Clinton) que una web dice que allí existe. Y además, el titular de este artículo es mucho mas atractivo que "la importancia de las noticas falsas". Pero todo esto tiene consecuencias.

Trump dice que hay dos millones de votos falsos en las ultimas elecciones, y millones de personas le creen porque está en internet. Muchas otras en EEUU creen que millones de inmigrantes ilegales han votado en las ultimas elecciones. (En EEUU es bastante complicado votar, las normas cambian de Estado a Estado y hay que registrarse. Erik e Ivanka Trump no pudieron votar a su padre en las primarias.) Hay muchas citas en la red. El periódico estadounidense National Enquirer (mas de un millón de tirada semanal) dice en portada que Obama ha metido a 55 espías radicales islamistas en la CIA.

Ha surgido un movimiento de derecha alternativa (alt-right), con poca estructura, pero unidos a través de la red en páginas como 4chan y 8chan, y con creencias muy conservadoras. Defienden ideas sobre la supremacía blanca, islamofobia, homofobia, antisemitas y basadas en un populismo y nacionalismo ultraconservador. Coinciden en rechazar a los medios de comunicación tradicionales y el apoyo incondicional a Donald Trump.

Hay fundamentos para creer que Rusia está detrás de muchas de las noticas falsas aparecidas en los últimos meses en EEUU. La agencia rusa de noticias Sputnik ha dado un gran apoyo a Trump. Los comentarios de Putin han sido reveladores. Más de 15 agencias de Inteligencia estadounidenses han indicado que Rusia estaba detrás de esas noticias. Curiosamente, la mayoría de las noticias contra Obama y Hillary y a favor de Trump. Muchas de las web tienen base en Moldova. Algunas de las noticias eran verdaderas, pero sacada a la luz hackeando webs y servidores (como las aparecidas antes de la pasada Convención Nacional Demócrata). Parece claro que el objetivo era impactar en el resultado de las elecciones. Mientras, Trump seguía alabando a Putin.

En Italia hay fundamentos para, al menos, discutir sobre el impacto de las noticias falsas que han parecido en el resultado de su referéndum. La fiebre de las noticas falsas esta llegando a Europa y tendrá impacto en los próximos procesos electorales y en la población en general. Los procesos electorales se ven influidos por estas noticias, probablemente, incluso de forma relevante y significativa. Parece que hay que hacer algo y que las normativas actuales no cubren bien estos supuestos.

Ante todo esta la libertad de opinión y expresión. F.D. Roosevelt la ponía por delante de la libertad de rezo (religión), la libertad de vivir sin penurias (want) y la libertad de vivir sin miedo. Una prensa libre supone un control de poderes; pensemos en el The Washington Post y su impacto en el Watergate y derribar a Nixon. La libertad de opinión y expresión es intocable.

La prensa amarilla surge en los años de 1890 por el inicio de las grandes empresas de periódicos, lideradas por William Randolph Hearst y Joseph Pulitzer, que ante todo buscan aumentar la tirada. Fue Hearst el que genera toda una serie de noticias falsas sobre los españoles en Cuba y presionó al presidente McKienly para forzar la guerra con España a través del hundimiento del Maine en La Habana y, con dicha guerra, el inicio de la expansión exterior estadounidense. Desde el siglo XIX, las falsas noticias en la prensa (ahora en internet) genera inesperadas consecuencias.

Pero es difícil evitar dichas noticias falsas, en especial en la era de la globalización de la información vía internet. Los europeos solemos intentar evitarla por la vía legal; otros, por la de autorregulación. Pero ese camino nos conduce con facilidad al control estatal de los medios de comunicación y reducción de libertades. Los estadounidenses suelen ir por la vía contradictoria; el que difunde la noticia falsa de los pedófilos tiene que pagar por las consecuencias generadas por ello. No hay fácil solución, pero parece que la tendencia es clara, que Rusia (y China) seguirán interviniendo.

Estamos ya en la guerra cibernética, que no es sólo ataques a sistemas e infraestructuras, sino intervenir en los procesos electorales. Algunos gobiernos se preparan. En España, el mando Conjunto de Ciberdefensa reporta directamente al Jemad. En EEUU, Obama anunció que habría represalias proporcionales que se harían en el momento apropiado y que no serían públicas.

Hillary no es pedófila, pero la noticia vende y sirve para alterar los procesos democráticos tradicionales. Sólo una nueva defensa para una nueva guerra controlada por el poder civil y una educación menos enciclopédica -basada menos en la información y más en el pensamiento crítico- pueden presentar una verdadera oposición a esta moderna tecnología antidemocrática.

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