lASCLAVES

La gran escapada

  • Atrapado. No se sabe si por ignorancia, porque se cree impune, o por exceso de confianza, Puigdemont creyó que podría escapar de la larga mano del CNI y las policías española y alemana

La gran escapada es una película mítica de Godard, con Jean Paul Belmondo y Jean Seberg como protagonistas. Acaba mal. Como la gran escapada de Carles Puigdemont, que no se sabe si por ignorancia, porque se cree impune, o por exceso de confianza, creyó que podría escapar a la larga mano del CNI y de la Policías española y de la alemana, coordinadas como un reloj.

La baliza colocada desde tiempo atrás en el automóvil que utilizaba el ex presidente en Bruselas, más su afán de hablar compulsivamente por el móvil, lograron que sus movimientos fueran seguidos milimétricamente. En cuanto cruzó la frontera alemana, una barrera policial detuvo al Renault Space en el que viajaba y desde entonces se encuentra en la prisión de Neumünster.

Rajoy canceló un viaje a Angola para seguir la operación, y el director del CNI, el general Sanz Roldán, no abandonó su despacho a la espera de que le comunicaran que Puigdemont había cruzado la frontera de Dinamarca con Alemania, donde todo estaba preparado para la recepción. La idea era dejarle cruzar Finlandia, Suecia y Dinamarca, porque con Alemania existían más garantías de que se podía producir la entrega una vez activada la euroorden: los Códigos Penales son muy similares a los españoles, existe una estrecha colaboración entre las Policías y los fiscales de los dos países, Alemania ha entregado a delincuentes españoles en varias ocasiones, y todo hacía pensar que en el caso de Puigdemont la Justicia alemana no se dejaría presionar por medios de comunicación o partidos políticos.

Asunto que era vital para España, aunque hasta que el juez decretó que Puigdemont continuara en prisión mientras no tomaba una decisión sobre su entrega a las autoridades españoles, la inquietud en el Gobierno de Rajoy era evidente: Alemania es un referente en la Unión Europea, y si Puigdemont era autorizado a seguir su viaje hacia Bruselas, donde se siente seguro, sin que los jueces alemanes encontraran razones para estudiar su posible entrega, toda la UE se pondría de parte del ex presidente de la Generalitat y compraría los mensajes que repiten los independentistas: Puigdemont y los ex consejeros que han huido de España son perseguidos políticos, víctimas de un Gobierno que no respeta a quienes discrepan ideológicamente de sus planteamientos.

LA CLAVE, LOS FISCALES

El juez Llarena, en el foco de atención de quienes siguen todo lo relacionado con el independentismo catalán, hombre tan amenazado por los radicales independentistas que el Tribunal Supremo ha pedido escolta para él, cursó la euroorden el pasado viernes, acompañada del auto de procesamiento de Puigdemont en el que exponía a la Justicia alemana sus razones y detallaba los delitos que le habían llevado a tomar esa decisión. Sin embargo, una vez enviado ese auto, son los fiscales españoles los que llevarán las riendas de las relaciones con Alemania.

En los países de la Unión Europea, con excepción de España, son los fiscales quienes instruyen las investigaciones, y por tanto son los fiscales españoles los que se mantienen en contacto con sus colegas alemanes para facilitarles los datos que necesiten, que hasta el momento han estado relacionados con lo que recogen las leyes y códigos de nuestro país respecto a los delitos por los que Puigdemont ha sido procesado.

Existe además una colaboración frecuente entre fiscales europeos a través de la Eurojust, la agencia con sede en La Haya que pone en coordinación a jueces fiscales y autoridades policiales para la lucha contra el terrorismo y delitos de especial gravedad. Las reuniones son frecuentes, cada país está representado por un juez o fiscal y a esas reuniones asisten, además de los representantes habituales, personas relacionadas con los casos que se analizan conjuntamente.

Entre los fiscales españoles habituados a las reuniones europeas, nadie se atreve a hacer pronósticos sobre la decisión que tome la justicia alemana respecto a Puigdemont -ponen énfasis en que no se decide sobre una extradición a España, sino de una entrega-, porque es algo ajeno a la política y las relaciones excelentes que existen entre los dos Gobiernos. Pero recuerdan que los jueces son independientes, y por tanto es el juez encargado, y solo él, quien analizará los argumentos que recoge el auto de procesamiento del juez Llarena así como todos los datos que ha pedido a los fiscales españoles para completar los datos sobre Puigdemont que utilizará para tomar su decisión.

Mientras llega el momento de conocer el dictamen del juez alemán, se toman decisiones que en algunos casos muestran la peor cara del independentismo. Por ejemplo, las iniciativas de quien se supone que es el brazo derecho de Puigdemont, Elsa Artadi, que durante unos días fue señalada como la candidata más adecuada para ser elegida presidenta de la Generalitat.

UN PRESIDENTE DE VERDAD

Artadi, nada más conocer el pasado domingo que Puigdemont se encontraba en paradero desconocido y se había emitido una euroorden de detención, se reunió en secreto con el adjunto a la presidencia de ERC, Pere Aragonés, y decidieron que era necesario acordar después de Semana Santa el nombre de un candidato a la presidencia de la Generalitat que no tuviera problemas con la Justicia. El lunes por la mañana, Artadi hacía unas declaraciones en TV3 de una torpeza total, cuando explicó que había que elegir "un presidente de verdad", dando a entender que Puigdemont no lo era o no podía ser. Para su desgracia, apenas una hora más tarde, la CUP, que se había negado a respaldar a Turull, decía que solo investiría a Puigdemont… dando lecciones de lealtad a Elsa Artadi.

Por otra parte la ANC llamaba a sus huestes a manifestarse y bloquear calles, autovías y estaciones de tren, actuaciones violentas que en nada benefician las iniciativas de los actuales dirigentes independentistas, que andan con pies de plomo para impedir que los jueces actúen contra ellos. En ese sentido el ejemplo más claro es el presidente del Parlament, Roger Torrent, que se ha negado a tomar ninguna propuesta que pueda ser considerada ilegal o inconstitucional. Por eso rechazó la idea de la CUP de investir a Puigdemont en ausencia, y la transformó en una declaración, que se aprobó, en la que se defendía el derecho de Puigdemont, Turull y Sánchez a ser investidos presidentes, y se exigía la libertad de los presos políticos.

Los independentistas más radicales, los que sacaban pecho en sus diatribas contra España y la Constitución, además de estar enfrentados unos con otros, empiezan a mostrar síntomas de desasosiego. La ex consejera Ponsatí, que se fue a Escocia, se envalentona declarando que si regresa a España probablemente recibiría "el trato degradante e inhumano de las autoridades", lo que han debido dar por cierto ciudadanos escoceses porque ha iniciado un crowfunding para pagar a sus abogados y en menos de un día recaudó más de 100 mil libras. Pero hay un dato a tener en cuenta: Puigdemont no tiene ese problema, el partido paga a sus abogados. Algunos dirigentes independentistas con problemas judiciales han hecho ya comentarios sobre la diferencia de trato que reciben, como también hacen comentarios sobre las consecuencias negativas que están teniendo para los independentistas las decisiones de Puigdemont, del que empiezan a decir que vela por sus intereses sin pensar en las consecuencias que tienen para los demás.

La Semana Santa se la han tomado los incondicionales de Puigdemont como un periodo de reflexión y asumen que el ex presidente seguirá en la prisión de Neumünster hasta que la justicia alemana decida sobre su situación. Pero de sus reuniones, declaraciones y gestos se deduce que no son muy optimistas respecto a la anhelada república independiente de Cataluña.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios