Provincia de Cádiz

"Y la Escuadrilla cumplió desde Haití a Bagdad y desde Bosnia a Somalia"

  • Una sencilla ceremonia festeja el hito aeronaútico de la 5 Escuadrilla de helicópteros navales

Estaban todos. Los presentes y los ausentes. Quienes aún sirven en sus filas y quienes ahora tienen otros destinos o abandonaron ya la vida castrense.

El descomunal cobertizo de la 5ª Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves de la Armada parecia ayer, por unas horas, en una gran casa familiar. Todos cuantos volaron bajo sus rotores (que no sobre sus alas) y sus allegados, acudieron ayer a compartir un momento cargado de signficiación.

El acto conmemorativo de las 100.000 horas de vuelo de la "Quinta" se desarrolló bajo la presidencia del Almirante Jefe de la Flota, Santiago Bolivar Piñeiro, quien era recibido a puerta de hangar por el jefe de la Unidad, capitán de corbeta Alejandro Sanchez García de Leonardo.

El alto jefe naval tomó luego asiento en compañía de otras autoridades castrenses, entre quienes se encontraban el Comandante General de la Infantería de Marina, Pablo Miguel Bermudo de Espinosa, el Almirante de la Base Naval de Rota, Cristóbal González-Aller, o el Almirante jefe del Arsenal de Cadiz, Fernando Querol Pagán.

La ceremonia se programó sencilla, acorde a una unidad con fuerte compromiso operativo, y comenzó con una glosa de la historia del escuadrón (veáse página opuesta), a cargo de uno de sus antiguos pilotos, el capitán de navío Luis Gonzaga Mollá Ayuso, actualmente segundo jefe de la base aeronaval.

Luego y tras un servicio religioso católico, se rindió tributo a los nueve marinos integrantes de la escuadrilla, fallecidos en acto de servicio. En ese instante, la megafonia del hangar difundió los sones del himno "La muerte no es final", mientras, en medio de un impresionante silencio, una corona funebre avanzó hacia el sitial de honor, portada por el brigada Guillermo de la Vega Fernandez de Castro y el cabo 1º Pablo Alfonso Coco, en representación de todos sus compañeros de unidad.

Una vez la ofrenda alcanzó la posición de honores, serían el propio almirante de la Flota, Santiago Piñeiro, y el contralmirante Jesus Alvargonzález (el piloto de la 5º Esclla, retirado con mayor graduacion), quienes culminaron el depósito conmemorativo.

El capitán de corbeta Alejandro Sanchez ocupó entonces el podio de oradores, para realizar un alocución cuajada de menciones y detalles hacia los numerosos familiares y personal civil, vinculados a la unidad por razones de índole familiar o profesional.

Sanchez García de Leonardo recordó el tremendo desafío que supuso convertir una de las mejores unidades aerea de guerra antisubmarina europea (así estaba considerada por la propia OTAN), en una escuadrilla especializada en transporte de tropas, en misiones de búsqueda y salvamento (más de 460 naufragos rescatados), para evacuaciones medicas en combate, o aprender a operar como plataforma aérea de alerta eléctrónica.

Una unidad que ha dejado constancia de su buen hacer en misiones de ayuda humanitaria como sucedió tras el terremoto que sembro la devastación en el Caribe o la gran operación de ayuda médica desarrollada en un territorio de la Europa Central devastado por guerra, o se desplegaron en en Iraq.

Unos helicópteros, estos SH-3 Sea King, que también ayudaron combatir la piratería en el Indico, o dieron escolta a los buques del programa de alimentos de la ONU, en su ruta hacia una hambrienta Somalia.

"Y la Escuadrilla cumplió desde Haití a Bagdad. Desde Bosnia-Herzegovina hasta Somalia", afirmó, rotundo, el comandante García de Leonardo.

Seguidamente, los invitados pudieron asistir a un ejercicio de adiestramiento rutinario. En esta ocasión, el planeamiento realizado por el Jefe de Operaciones de la 5º Escuadrilla, capitán de corbeta, Jorge Nalde, desarollaba una doble maniobra de infiltración y exfiltración, realizada por dos "quintas" y una sección del 2ª Batallon de la Infantería de Marina.

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