Provincia de Cádiz

Juzgado el cuarto implicado en el secuestro de 2 hermanos en Vejer

  • Dos secuestradores fueron condenados a finales de 2007. El procesado estaba en rebeldía

M.A.J.F. negó ayer en la Audiencia que participase en enero de 2004, en Vejer, en el secuestro de dos hermanos, un caso que ya fue juzgado en diciembre de 2006 y que deparó una sentencia que condenó a dos procesados (a 11 años de prisión y a 8 y medio) y absolvió a un tercero. El cuarto acusado es M.A., quien no compareció en su día junto con los otros tres porque se encontraba en rebeldía. Tras ser detenido, ayer se enfrentó al juicio en el que la fiscal pidió para él 16 años de prisión por detención ilegal, lesiones y otros delitos.

La Fiscalía sostiene que los dos hermanos fueron secuestrados, golpeados y amenazados por varios encapuchados, entre ellos el procesado, que querían averiguar dónde se encontraba un cargamento de hachís. Creían que los dos hermanos detenidos ilegalemente conocían el paradero del alijo.

Como ya sucedió en el juicio anterior, una de las víctimas dijo que no estaba seguro de poder identificar al procesado como uno de los secuestradores. En su día, ese hombre le contó al juez instructor que un acusado llegó a levantarse el pasamontañas para fumar un cigarrillo.

Los secuestradores, según el relato del fiscal, fueron a las cercanías del domicilio de uno de los hermanos, cruzaron un contenedor en la carrtera y detuvieron así el coche de la víctima. Luego, en su coche, tras intimidarlo y amenazarlo de muerte, trasladaron al hombre a un cortijo abandonado ubicado en la zona conocida como Rancho Grande, en el término de Vejer. Allí, lo estuvieron golpeando, insultando y amenazando demandándole información sobre el paradero del alijo de hachís. Más tarde, le obligaron a telefonear a su hermano y decirle que acudiese al cortijo. Lo hizo y también allí fue golpeado y amenazado.

Un testigo le explicó al juez instructor en su día que el procesado juzgado ayer le propuso un negocio: que si se hacía cargo de unos paquetes, si los almacenaba un tiempo, cobraría 1,5 millones de pesetas. Aceptó. Pero al poco llegaron un día unos tipos encapuchados con pistolas, le pegaron a él y a su mujer y le amenazaron y golpearon hasta que lograron que les dijese dónde escondía el hachís. Luego se llevaron los paquetes. Entonces él telefoneó al que le había contratado como almacenista y le contó lo ocurrido. "Qué ruina", le respondió el hombre.

Tras ese episodio vino el secuestro de los dos hermanos en Vejer: los secuestradores creían que ambos estaban implicados en el robo del desaparecido cargamento de hachís.

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