antonio moreno andrade. representante del poder judicial

Magistrado, cofrade y taurino

  • El juez chiclanero se jubila con 72 años y tras 42 en la judicatura, aunque seguirá su andadura en el Consejo Consultivo y como consejero en un bufete

El magistrado Antonio Moreno Andrade, fotografiado en su despacho del Palacio de Justicia de Sevilla.

El magistrado Antonio Moreno Andrade, fotografiado en su despacho del Palacio de Justicia de Sevilla. / reportaje gráfico: belén vargas

El BOE publicó ayer su "obsolescencia" como juez, como él mismo ha manifestado, y todo ello a pesar de que nunca pensó que alguna vez se jubilaría. Tras pasar 42 años en la carrera judicial, Antonio Moreno Andrade (Chiclana, 7 de diciembre de 1945), colgará oficialmente la toga. Pero el veterano magistrado seguirá muy activo y tiene unos planes "muy ambiciosos" para su retiro. Como presidente de la Real Academia Sevillana de Legislación y Jurisprudencia, Moreno Andrade será designado como nuevo miembro del Consejo Consultivo de Andalucía.

Y también seguirá vinculado al mundo de las togas, puesto que será consejero del bufete Nertis, que dirige Manuel Salinero y en el que trabajan sus dos hijos, Álvaro y Borja. En este despacho, Moreno Andrade, que hasta ahora presidía la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y representaba al Poder Judicial en Andalucía Occidental, elaborará informes y aconsejará a los letrados en diversas materias.

Cuando se le pregunta qué le ha dado la Justicia en su vida, Moreno Andrade responde con contundencia: "Me ha dado lo que soy, me ha permitido hacer el bien en lo posible y defender a la sociedad y al Estado de Derecho".

El magistrado recuerda lo diferente que es la Justicia actual de la que se impartía cuando ingresó en la carrera, en 1976. "Esta Justicia no tiene nada que ver con la que me enamoró; antes era una Justicia personal, más pausada; y hoy no le ves la cara a nadie. Hoy son papeles y desde que hay Lexnet está más deshumanizada".

En los tiempos de la "antigua Justicia", comenta, la sociedad "no se había deteriorado como ahora, no había la inflación actual de demandas y denuncias y había más tiempo para tratar los asuntos. Era una Justicia muy de artesano, que es el ideal de la Justicia". Para Moreno Andrade, la digitalización no ha mejorado la calidad ni ha logrado la celeridad de la Justicia. "Los magistrados estamos muy descontentos con el sistema. El papel cero en la Administración de Justicia es una entelequia como la Ciudad de la Justicia de Sevilla".

Sobre el anhelado proyecto de reunir todas las sedes judiciales en Sevilla, Moreno Andrade considera que no se va a hacer, aunque si existiera alguna posibilidad apuesta por hacerla en el entorno del Prado de San Sebastián, donde está actualmente el Palacio de Justicia, y no llevarla a zonas como los Gordales, el enclave que barajan actualmente el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía. "A las Administraciones Públicas les da igual la Justicia, sobre todo la jurisdicción Contencioso-Administrativa, donde en muchas ocasiones estas administraciones pierden la razón".

Pero el magistrado va más allá, porque cree que incluso la Junta de Andalucía se arrepiente de haber solicitado las transferencias de Justicia. "Estoy convencido de que están arrepentidos, no tienen intención de gestionarla bien", opina Moreno Andrade. "El Ministerio de Justicia lo hacía mejor que la Junta, que no tiene el más mínimo interés en hacerlo, no quiere saber nada de nosotros, y los jueces cuanto más lejos mejor". Dice el juez que cuando se realizaron las transferencias, los jueces pensaban que la Justicia iba a "mejorar mucho", siguiendo lo que había ocurrido en comunidades como Cataluña y País Vasco, pero en Andalucía "no ha habido ese interés", asevera Moreno Andrade, que tiene otro reproche a la Junta porque "no se ha enterado aún de la calidad humana y profesional que tienen los funcionarios de Justicia".

Moreno Andrade recibió recientemente un homenaje en Sevilla en el que participaron más de 350 personas. "A Sevilla se lo debo todo", recibió la medalla de la ciudad y en esta ciudad fue pregonero de la Semana Santa, otra de sus grandes pasiones junto a la afición taurina. "Sevilla y Chiclana son los pilares de mi existencia, siguiendo así la máxima de mi admirado Fernando Villalón, el mundo se divide en dos: Sevilla y Cádiz", aunque lamenta que en su ciudad natal, Chiclana, no lo hayan invitado "ni a la caseta de Feria", a pesar de que siempre ha hecho gala de su condición de chiclanero.

Sobre sus distintos destinos en la carrera judicial, Moreno Andrade recuerda los cinco años que sirvió en el juzgado de Marchena, una "bella ciudad que quedó incrustada en el corazón" de su familia, su paso por El Puerto de Santa María, cuando "el señor Tejero comenzó a dar tiros en el Congreso y se cargó el invento", o la estancia en Las Palmas, donde conserva "amigos entrañables".

En mayo de 1983 llegó al juzgado de Instrucción número 5 de Sevilla, "el gran juzgado de los grandes funcionarios", donde pasó los siete años que, confiesa, "más ha disfrutado en su carrera".

En Sevilla, Moreno Andrade "aprendió a perfeccionar su gran pasión, la afición al mundo de los toros", y en 1992, días antes de la inauguración de la Exposición Universal, tuvo el honor de pronunciar el pregón de la Semana Santa, "una experiencia inolvidable grabada a fuego para siempre en mi alma y una distinción realmente importante de esta deliciosa Sevilla. De ahí, ocho años en el Consejo de Cofradías y algunos más como asesor de mi querido cardenal don Carlos Amigo".

En el discurso que ofreció en su reciente homenaje, Antonio Moreno Andrade se refirió con cariño a la ciudad. "Sevilla me ha dado lo que soy, lo que tengo, con una generosidad sin límites".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios