margarita díaz bejarano. madre de sos bebé robados.

"Querría enterrar a mi hijo en El Puerto, pero no creo que sea el final"

  • El hallazgo de otro féretro vacío en el cementerio de Cádiz alimenta la sospecha de otra de las afectadas

  • Además, falta otro niño en la sepultura

Margarita Díaz, a la derecha de la fotografía, junto con otras compañeras de SOS bebés, al inicio de las exhumaciones.

Margarita Díaz, a la derecha de la fotografía, junto con otras compañeras de SOS bebés, al inicio de las exhumaciones. / julio gonzález

A Margarita Díaz Bejarano le dio un vuelco al corazón cuando vio aquella cajita vacía que acababan de extraer los arqueólogos de una sepultura común. Después de mes y medio de guardia en el cementerio tomando notas de hasta del más mínimo hallazgo de los expertos aparecía un féretro sin restos mortales infantiles en el mismo lugar donde está registrado el supuesto enterramiento de su hijo.

Es el segundo caso que se da en el antiguo camposanto de San José de Cádiz desde que se iniciasen las exhumaciones demandadas por SOS Bebés Robados. Además, falta otro niño en el recuento de los cuerpos que tenían que haberse enterrado, lo que eleva ya a cuatro los indicios que apuntan a supuestos delitos de recién nacidos arrebatados a sus familias, presuntamente para entregárselos a otras.

Ya sospeché cuando tuve al niño, porque fue muy raro que se lo llevaran y no lo vieran ni mi padre ni mi marido"

"Para mí esto ha supuesto lo que yo sospechaba -cuenta Margarita- pero no lo puedo confirmar al cien por cien hasta que no tenga las pruebas de ADN [el cotejo del suyo con los restos aparecidos.] ... Yo tuve la duda una vez, pero entonces era muy joven y eran otros miembros de la familia los que hacían por mí", explica. Otros miembros de la familia, pero no aquel desconocido que actuó como mandatario para firmar la autorización del entierro y "dos causas diferentes de muerte imposibles: 'anoxia', que es morir por falta de oxígeno durante el parto; y 'macerado', que es dentro del vientre de la madre, y todavía más inverosímil, porque supuestamente falleció a las 21 horas de haber nacido, dicen desde la asociación. "No se me olvidará nunca su nombre: Manuel Álvarez Conde, pero ya ha fallecido", dice. Este nombre aparece en los documentos de otras familias de SOS Bebés.

"Cuando tuve al niño yo ya sospeché que pasaba algo raro: se lo llevaron solo y cuando mi padre y mi marido fueron a verlo ya no estaba. Entonces acudió una monja a hacerme muchísimas preguntas...". Estamos en 1976. A sus 17 años, Margarita, que vive en El Puerto, espera un hijo de su marido, de 21, que está haciendo la mili. Por eso da a luz en el antiguo Hospital Militar, que estaba junto a la Facultad de Medicina. Nada más nacer, oye llorar "esmorecido" al niño y lo ve. Está sano, pero todavía tiene poco peso. Necesita de la incubadora y lo trasladan al Hospital de Mora. "Aquella monja tan alta atravesó muy firme la sala colectiva en la que yo estaba y se dirigió a mi, que estaba al fondo. Me preguntó si mi marido era militar, policía o guardia civil. Le expliqué que era soldado... Incluso me destapó para verme... Yo era muy rubia y muy blanquita... Se fue igual que vino: sin pararse con nadie más... A las dos horas, ya empezaron a decir que estaba malito... Se supone que muere a las 21 horas de haber nacido". Si hubiese cumplido 24 habrían tenido que inscribirlo en el Libro de Familia.

Su marido, ni le dejaron entrar en el cementerio. "Como yo era casi una niña, me quitaron la ropita y no se volvió a hablar de aquello... Pero con el pasar de los años, en algunas conversaciones yo cogía puntaditas... Y cuando empieza a publicarse todo lo de los bebés robados en 2010, yo lo leo en el Diario de Cádiz, y ya me empiezo a preguntar, pero esto ¿qué es?; empiezo a buscar en internet y entro en contacto con la asociación. Y en enero de 2012 ya estaba yo en Madrid poniendo la denuncia conjunta en Fiscalía. Pero mi caso no llegó a buen puerto por la prescripción que sufrimos aquí en Cádiz".

En SOS Bebés robados están a la espera de que el Ayuntamiento de Cádiz dé luz verde al envío de los restos a analizar, "algo que se está haciendo muy lento y nadie entiende por qué", dicen. "Por mis cuatro hijos yo quiero que todo esto se termine y enterrarlo en El Puerto, pero creo que esto no se ha acabado todavía... Las pruebas de ADN lo dirán", confía Margarita.

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