El Tribunal Supremo ha ratificado plenamente la sentencia de la sección algecireña de la Audiencia Provincial que a principios de 2006 condenó a ocho acusados por un delito de tráfico de drogas. Entre ellos había tres guardias civiles a los que se les imputaba también un delito de revelación de secretos.

En el banquillo de los acusados se sentaron tres funcionarios de la Guardia Civil, así como un hombre y cuatro mujeres con quienes, según el tribunal, colaboraron para la introducción de hachís desde Ceuta. Los agentes se enteraban de qué compañeros estaban de guardia en el control de pasajeros y avisaban a los demás miembros de la red de cuál era el momento más oportuno para pasar droga. En concreto, J. C. V. M. era el que recibía esa información de sus dos compañeros y la transmitía a su compañera sentimental, S.N.A., que viajaba a Ceuta a comprar hachís y lo pasaba escondido en la vagina.

En la sentencia, la Audiencia condena a los tres funcionarios a 3 años y 6 meses de prisión. En cuanto a los otros cinco acusados, las penas oscilan entre los 3 años y 9 meses y el año y 8 meses, un único caso, que no se traduce en la entrada en prisión puesto que carece de antecedentes penales.

El fallo judicial valoró en profundidad los hechos, ocurridos entre mayo de 2002 y febrero de 2003. Consideró, entre los hechos probados, que dos guardias civiles accedían al listado de funcionarios que en cada turno trabajaban en el servicio de reconocimiento de viajeros procedentes de Ceuta y Tánger. Cuando tenían esa información se la transmitían por teléfono a otro funcionario. Éste último guardia, a su vez, era el compañero sentimental de una de las condenadas que habitualmente viajaba a Ceuta a comprar hachís. La compañera del funcionario no se dedicaba únicamente a portar el hachís y trasladarlo a otros domicilios. También comunicaba la mencionada lista a otras mujeres para decidir la hora en la que se podrían desplazar de Ceuta a Algeciras para no ser descubiertas en los controles.