Provincia de Cádiz

Las barbacoas reciben a 10.000 personas más pese a reducirse el espacio

  • El Ayuntamiento estima que 70.000 asistentes se dieron cita en la playa, generándose 65 toneladas de residuos

La arena de La Victoria acogió ayer su particular jornada de resaca. El fin de las barbacoas vino de la mano del servicio de limpieza, que a las seis de la mañana puso el punto y final a la fiesta veraniega. El balance: 65 toneladas de basuras generada por -aproximadamente- 70.000 asistentes.

La operación playa limpia fue catalogada, convirtiéndose cada año en una costumbre, como un "verdadero éxito", eso al menos era lo que expresaba a las doce de la mañana el portavoz del equipo de gobierno, Juan José Ortiz, quien reiteraba que "todo había salido según lo previsto".

A simple vista el saneamiento había cumplido sus objetivos, exceptuando las abundantes colillas que se encontraban desperdigadas por la arena, así como algunos restos de carbón en la orilla y en las zonas más cercanas al paseo marítimo.

En cambio, varios bañistas se quejaban por "los restos de botellas que estaban enterradas". "Casi me corto con un cristal", afirmaba Francisco Salinas, que al igual que Susana Díaz, usuaria habitual de la playa, consideraban que la Victoria "no estaba como cualquier domingo".

Asimismo, Juan José Ortiz y Paloma Bordons, teniente de alcaldesa delegada de Medio Ambiente y Limpieza, coincidían al destacar "el civismo" mostrado por los participantes en la celebración, pues no se había producido ningún "desperfecto destacable" y tanto las duchas como los módulos, que acogieron las barbacoas, "habían amanecidos intactos".

En esta ocasión la labor de higiene ha sido dividida en ocho tramos, espacios más reducidos que en la edición anterior, ya que la zona acotada era inferior. Esta medida ha facilitado el trabajo de los operarios de limpieza, los cuales -200 miembros exactamente- han finalizado su tarea antes que otras veces.

Respecto al desalojo, predominó la colaboración de los ciudadanos, remarcando -de esta forma- que los partícipes comienzan a familiarizarse con la práctica. "A las siete de la mañana ya no quedaba nadie en la arena", aseguraba el edil.

También reseñó "la ausencia de accidentes destacables", exponiendo que durante la madrugada tuvieron lugar un total de 149 asistencias médicas, la mayoría por intoxicaciones etílicas o cortes, de las cuales sólo 13 tuvieron que prolongarse en el hospital.

Componentes de una celebración donde aumenta la concienciación ciudadana y disminuyen las parrillas, que van perdiendo protagonismo ante los bocadillos y la comida casera.

En cuanto a las tareas de saneamiento, sobre las diez y media de la mañana estaban todos los residuos en el interior de sus respectivas bolsas. Y a pesar de que se preveía que a las doce y media toda la basura estuviese en los diversos camiones, a la una del mediodía aún no se había finalizado el quehacer. A pesar de ello, ya se habían tomado las pertinentes muestras de arena para compararla con las que cogieron los días previos al evento.

Conclusiones de una de las jornadas más larga del periodo estival gaditano y que últimamente no deja indiferente a nadie. "Ni la costa está como todos los días, ni el ambiente nocturno es de mi agrado", reconocía Pedro González, quien confesaba, en cambio, que en otras ocasiones "había amanecido todo mucho más sucio". Opinión contraria a la del joven Rubén Fernández, el cual enlazó la madrugada con la jornada de playa y consideraba "que todo estaba muy limpio comparado con la noche anterior". Por su parte, deseaba que no se efectuaran las especulaciones sobre el fin de las fiestas. Suposiciones sobre las que, aún, no se pronuncia el Ayuntamiento.

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