Provincia de Cádiz

La campaña almadrabera arranca con el calado de los cables y las anclas

  • La de Barbate espera que a mediados de abril esté todo listo y sólo a la espera de que vayan entrando los atunes

  • Este año sí podrán comprar cuota a otras pesquerías del país

Un almadrabero sube un atún a bordo durante una 'levantá'.

Un almadrabero sube un atún a bordo durante una 'levantá'. / julio gonzález

La campaña almadrabera de este año ya ha dado el pistoletazo de salida. Desde principios de la pasada semana los trabajadores de la almadraba de Barbate ya están calando cables y anclas, y las previsiones son que con la llegada de abril puedan ir colocándose las paredes de redes que conforman el laberinto por el que nadan los atunes hasta encontrar su muerte, que da vida a Barbate pero también a Conil, Zahara de los Atunes y Tarifa durante varios meses.

La intención de las almadrabas gaditanas es que a mediados de abril esté todo dispuesto a la espera de la llegada de los primeros atunes, que suelen ser los más pequeños y por eso mismo los más veloces. Las previsiones de los expertos dicen que este año también habrán buenas capturas, que el Atún Rojo Salvaje se ha recuperado y que ese principio de precaución que tantas veces se utiliza como excusa en las reuniones de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) para no devolver a las almadrabas lo que les pertenece por derecho propio es intolerable.

Unos mil empleos, directos e indirectos, dependen de las cuatro almadrabas

Para 2017, tras otra subida mínima del 20% en la cuota, las almadrabas gaditanas se repartirán 1.097 toneladas, aunque, a diferencia de la pasada campaña, en esta ocasión podrán comprar cuota a otras pesquerías.

Pedro Muñoz, gerente de Petaca Chico SL, que tiene la concesión de la almadraba barbateña a medias con el empresario murciano Ricardo Fuentes, comenta no obstante que todavía no se han iniciado los movimientos para la adquisición de los derechos de pesca. "Antes de iniciar las negociaciones tenemos que ver por dónde va a respirar el mercado este año, porque el pasado los precios bajaron un 30%, ya que había mucho atún de otras zonas, del Pacífico y México sobre todo, de menor calidad que el nuestro, pero esto provocó una caída en los precios de los grandes consumidores, que son los países asiáticos", indicó. "Así que este año estamos a la expectativa".

Tanto Pedro como Marta Crespo, gerente de la Organización de Productores Pesqueros (OPP) de Almadraba, que aglutina a las otras tres almadrabas (Conil, Zahara y Tarifa), muestran año tras año su decepción por la lentitud con la que van recuperando la cuota de pesca que tenían antes de que se iniciaran las restricciones allá por 2006, cuando se marcaron recortes de hasta el 60%. "Lo que nosotros pedimos es recuperar la cuota que teníamos antes de las restricciones", comenta Muñoz. "Entonces se decidió una bajada bestial de los derechos de pesca y aún, a pesar de que la especie se ha recuperado, no hemos vuelto a los niveles que teníamos. Sólo pedimos que nos devuelvan lo nuestro, porque igual que cuando hubo que recortar fuimos los que más nos sacrificamos, ahora que hay mucho atún no nos parece lógico que se repartan las toneladas con otras pesquerías", indicó Pedro.

La almadraba de Barbate es la única que cuenta con piscinas de engorde. En la campaña de 2015 montaron seis, aunque el pasado año, por culpa de no poder comprar cuota, sólo fueron dos las que se activaron. La idea de la empresa que gestiona la almadraba barbateña, la más grande de las cuatro, es seguir con esta práctica. "Dependerá de la cuota que podamos comprar instalaremos más o menos piscinas, pero nuestra idea es montarlas desde luego". Esto, además de hacer que los atunes tengan una grasa muy apreciada sobre todo por el mercado asiático, "provoca que podamos estirar la campaña y que tengamos a trabajadores faenando hasta el mes de noviembre prácticamente. Se dan puestos de trabajo para Barbate y eso es muy importante también", comentó el gerente de Petaca Chico.

Optimista por naturaleza, Pedro Muñoz, un hombre hecho a sí mismo al que no asusta nada en la vida, ni los riesgos empresariales ni el trabajo duro, confía en tener "una buena campaña", pese a que en ello influyen muchos factores, tanto la cantidad de atunes que quedan atrapados en la almadraba como la meteorología. El pasado año por ejemplo hubo mucho levante, lo que dificulta las levantás. "A día de hoy es complicado tener una previsión certera de la meteorología que vamos a tener en los próximos meses. Habrá que ir viendo".

Las cuatro almadrabas gaditanas dan trabajo a unas mil personas, entre las 300 aproximadamente que salen a la mar y el personal de tierra (encargados de las cámaras frigoríficas, administrativos, comerciales...).

Antes de que se iniciaran las restricciones, tenían para las cuatro unas 1.500 toneladas, aún muy lejos de las 1.097 de que dispondrán este año. Además, en esta ocasión parece que el Gobierno también entregará el fondo de maniobra a pesquerías de las Islas Canarias. Esas 212 toneladas más vendrían de perlas a las almadrabas, que son el arte de pesca más sostenible y el más respetuoso con la especie, ya que no es lo mismo pescar un atún en el Estrecho, con 15 años y 200 kilos de peso, que capturar uno de cuatro o cinco años que apenas si llega a los 60 kilos.

Otra petición histórica de las almadrabas es contar con el Observatorio Científico, que en los últimos años tampoco se le ha concedido, y que prolonga la campaña. Es el mejor método para certificar lo que se ve a simple vista: que hay atún de sobra, como lo demuestra que el pasado año se soltaran 20.000 atunes de las almadrabas gaditanas. Sin embargo, el ICCAT sigue situando el TAC (Total Asumible de Capturas) en 23.000 toneladas, mientras que antes de iniciarse los planes de recuperación se permitían 32.000.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios