Juntos lograron acabar con ellos, Y parece que juntos se hayan embarcado en una cruzada común: sentar las bases para que no vuelvan a repetirse en Cádiz casos como el de la banda de los Flores, los delincuentes en régimen de semi libertad que han sembrado el terror durante meses en la provincia, acumulando un espeluznante historial: un homicidio consumado, el de la joven de El Marquesado Tamara Leyton; siete en grado de tentativa y cuarenta robos en distintas localidades gaditanas.

"Nos consideramos con derechos a solicitar que determinados delincuentes no accedan tan fácilmente a la libertad", dijo ayer el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, Alfonso Escuer, durante su discurso en la conmemoración de la Patrona del Cuerpo, la Virgen del Pilar.

La semana anterior, su colega, el comisario en jefe del Cuerpo de Policía Nacional en Cádiz, José María Deira, también había abogado en la fiesta de sus patronos, Los Santos Ángeles Custodios, por el cumplimiento íntegro de las penas para determinados delincuentes. Él, como Escuer, tenía en mente el doloroso recuerdo de las andanzas de los Flores. Y en el corazón: A algunos policías nacionales les tirotearon la cruenta noche de julio en la que asaltaron dos casas de El Marquesado, en Puerto Real, en la que murió la joven de sólo 19 años y resultaron heridas cuatro personas más. Dos guardias civiles, el agente en prácticas Santiago Medinilla, y el guardia Jacinto Guerrero, aún se recuperan de sus heridas. El primero recibió un disparo en la cabeza en agosto; el segundo, fue arrollado por un coche que pilotaban los Flores poco después. Hacia ellos tuvo un emocionado recuerdo el coronel de la Guardia Civil.

Escuer también se congratuló del esclarecimiento "en sólo ocho días", según recalcó, de otro dramático suceso que causó también una gran conmoción, la muerte a puñaladas de la joven Loli Amaya en la colchonería de Chiclana en la que trabajaba. El coronel, al tiempo, quiso dejar claro que todos los agentes de la provincia "nos empleamos a fondo" para atajar la inmigración y el narcotráfico, al que calificó como "mal endémico". Gracias a ello, presumió, el pasado año quintuplicaron la cantidad de droga incautada el anterior, situándose en 73 toneladas, que avanzó serán sobrepasadas este año.

"Seguiremos con la misma ilusión para que la patria goce de calma, como dice nuestro himno", concluiría el coronel, no sin antes recordar a los compañeros caídos, especialmente, a manos de la banda terrorista ETA.

Intervendría después el subdelegado del Gobierno, Sebastián Saucedo, quien, además de citar los casos de los Flores y el crimen de Chiclana, enumeró profusamente buena parte de las actuaciones de la Benemérita de este año. Saucedo, que también resaltó el trabajo contra el tráfico de drogas (con casi 70 toneladas requisadas ya este año y 189 detenidos), aseguró que el Gobierno, consciente de la importante labor que prestan, se ha volcado este año dando medios al Cuerpo en general y a la Comandancia de Cádiz en particular, con la nueva estación del Sive (Sistema Integral de Vigilancia Exterior) activada en Conil y 34 nuevos guardias llegados en julio.

"Envío a sus familiares todo nuestro afecto, pues nunca acertaremos a recompensar su sacrificio personal", concluiría el subdelegado ante las numerosas autoridades y representantes de otros Cuerpos que se dieron cita en la Comandancia para asistir a la fiesta de la patrona de la Benemérita.