Provincia de Cádiz

El fiscal pide 4 años para el gerente de un concesionario por estafar 300.000 euros

  • El dueño de América Km.0 está acusado de vender vehículos de ocasión y luego no entregarlos

  • Más de 40 afectados declararán en el juicio que tendrá lugar en mayo en la Audiencia de Cádiz

Sede del concesionario América Km.0, ubicado en la calle Gibraltar de la capital gaditana.

Sede del concesionario América Km.0, ubicado en la calle Gibraltar de la capital gaditana. / fito careto

La Fiscalía solicita cuatro años de prisión para el gerente de la empresa América Km.0, acusado de estafar más de 300.000 euros con la compraventa de vehículos de ocasión. Para ello, dice el fiscal, el procesado empleó diferentes métodos. El más sangrante: cobrar de los clientes el precio de los turismos y no entregar nada a cambio. En este caso se han visto involucrados más de 40 afectados, que declararán en el juicio que tendrá lugar el próximo mes de mayo en la Audiencia Provincial de Cádiz.

Según la calificación fiscal, la mayoría de los fraudes fueron cometidos por el procesado durante 2015, "cuando el negocio pasaba por dificultades económicas que hacían inviable su continuidad". No obstante, el propio escrito de la Fiscalía recoge pufos muy anteriores en el tiempo, algunos fechados en 2011, los cuales se siguieron sucediendo en años posteriores hasta que los hechos denunciados saltaron a la luz pública. Esto fue a comienzos de 2016. El 20 de enero de ese año el juez instructor decretó el ingreso en prisión provisional del acusado, que continúa en la cárcel desde entonces.

El procesado "no se resignó a disminuir el alto tren de vida del que había disfrutado"El gerente del negocio se encuentra en prisión provisional desde el 20 de enero de 2016

Por su parte, la acusación particular -que ejercen varios afectados representados por el letrado Avelino Sáez- plantea la misma pena de cárcel que el Ministerio Público: cuatro años de privación de libertad por un delito de estafa.

La versión de los hechos que formula la acusación particular recoge que el concesionario América Km.0, con sede en Cádiz capital, se dedicaba a la compraventa de vehículos tanto nuevos como de segunda mano aproximadamente desde el año 2000, por lo que contaba con toda la apariencia de un negocio plenamente solvente y lícito.

Tras el comienzo de la crisis en España -exponen las conclusiones provisionales- el dueño comenzó a perder ventas a un ritmo creciente. Pero "no se resignó a disminuir el alto tren de vida del que había disfrutado hasta entonces gracias a los ingresos de su empresa". Ello le llevó a endeudarse cada vez más. A partir de 2013 el gerente "tomó la determinación de emplear el dinero que sus clientes le entregaban por la compra de vehículos en abonar los gastos más urgentes y perentorios de su quebrada sociedad", aún a sabiendas de que así no podría entregar a los compradores los turismos que les estaba ofertando. "En una huida hacia adelante el acusado atrajo cada vez a más y más clientes para conseguir el dinero con que contentar de alguna manera a los más desesperados por las extrañas tardanzas que pesaban ya sobre sus operaciones anteriores".

La acusación particular sostiene que la estafa se hizo piramidal y finalmente estalló en diciembre de 2015, cuando la cantidad de personas defraudadas fue tal que el administrador no vio más salida a la situación que cerrar el negocio.

MODUS OPERANDI

Los métodos empleados por el encargado de América Km.0 para engañar a sus clientes fueron variados, según las acusaciones pública y particular.

En algunas ocasiones, el legítimo propietario de un vehículo lo entregaba al gerente del concesionario para que éste lo pusiera a la venta. El trato era que si alguna de las ofertas recibidas por el turismo interesaba a su dueño, éste daría su consentimiento para la venta, firmaría el contrato y recibiría la cantidad correspondiente menos la comisión del concesionario. Ahora bien, en la práctica el procesado, tras recibir el vehículo, simulaba que su propietario se lo había vendido (falsificando para ello la firma del dueño en un supuesto contrato de compraventa), llevaba dicho contrato a la DGT, inscribía el turismo a nombre de América Km.0 y lo vendía a un tercero.

Una variante del modus operandi antes descrito consistía en vender coches de segunda mano (entregados por particulares) antes incluso de inscribirlos a nombre del concesionario. En ese caso el gerente daba cualquier excusa para justificar por qué no podía entregar la documentación del vehículo; o bien conseguía una autorización provisional de la DGT para que el nuevo propietario circulara con el turismo durante 30 días aunque estuviera todavía a nombre de su anterior dueño. Esta modalidad ha provocado que haya afectados enfrentados por la titularidad de un mismo coche.

En otros supuestos, el procesado facilitaba la financiación mediante préstamos concertados. Así, por ejemplo, cuando un comprador volvía al concesionario al cabo de un tiempo para adquirir otro vehículo, el acusado lo convencía para que firmara un segundo préstamo que englobara no sólo el precio de esta segunda compra, sino también lo que restaba por pagar de la primera, asegurándole que él se encargaría de cancelar, con el dinero del segundo crédito, el primero. Sin embargo, "no cancelaba nada, disponía del dinero a su antojo ". Se limitó a abonar las mensualidades del crédito antiguo y sólo durante un tiempo, mientras que las financieras seguían pasando el cobro en las cuentas de los clientes.

Durante los últimos meses de 2015 el concesionario se dedicó directamente a cobrar de los clientes el precio de los vehículos y no entregar nada a cambio, último paso antes de que la burbuja creada por el acusado y su empresa estallara.

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