El polo de limón o la tarrina de turrón ya han pasado a la historia. Ahora lo que se lleva entre los más golosos son las jarritas glotonas. Este invento es toda una bomba de calorías, pero también la apertura de las puertas del cielo para aquellos que disfrutan de lo lindo de las ingentes cantidades de azúcar de estos vasitos helados.

Dos bolas de nata, fresa o vainilla para los más clásicos; de kit-kat, kinder bueno o ferrero para los más chocolateros, y de mango o maracuyá para los más "frutiadictos". Las jarritas pueden ser de todos los sabores y colores. Por si no bastara ya con dos buenas bolas de helado, una mijita de leche y mucho hielo picado para hacer un batido exquisito, a estos botecitos de cristal se les añade su buen donut de chocolate, azúcar o fresa, una montaña de nata, y galletas, barquillos y dulces varios. Todo ello con su buen chorreón de sirope por encima para rematar la faena, y sus birutitas de chocolates adheridas al cristal del vaso que muchos chuperretean para no desaprovechar ni un poquito del manjar más deseado.

Eso es, las jarritas glotonas se han convertido en todo un icono, y me atrevería a decir que un deseo, para todo goloso en un día de calor.

Se puede disfrutar de ellas en varias heladerías de la ciudad, aunque se aconseja, para aquellos que no quieran alcanzar una diabetes prematura, que el disfrute de este dulce sea compartido.

Los precios de las jarritas varían entre cinco y seis euros y te da para merendar por lo menos un par de días.

Ahora sí, al margen de lo delicioso de estos dulces, no hay que olvidar que las jarritas glotonas; grandes, coloridas, deliciosas y atractivas, quedan bien en cualquier instragram que se preste y la opción de presumir en las redes sociales de una merienda de reyes nunca está descartada.

Cuidado con ellas porque son una amenaza para todo aquel que quiera mantener la línea, pero como dicen, "una vez al año no hace daño", y esperemos que ni dos ni tres, porque ya se ve a más de uno que no para de subir su foto con la jarrita casi a diario.

Están dando mucho "caló" en las redes y en las terrazas con las jarritas del verano, pero la verdad que para el "caló" que hace este es un buen instrumento para soportar las altas temperaturas.