Ola de frío

La Sierra vive una copiosa e histórica nevada

  • Los copos llegan a pueblos donde hacía décadas que no nevaba. Seis carreteras de la red viaria se cierran al tráfico por la nieve y Grazalema queda incomunicada

"Me asomé a la ventana y estaba todo nevado. Nunca lo había visto así. La última nevada cayó en los años 50". Con estas palabras describía ayer una vecina de Algar la jornada histórica que se vivió en muchos rincones de la Sierra. Una imponente nevada dejó huella prácticamente en casi todos los municipios de la comarca, sorprendiendo y maravillando, de paso, a sus habitantes que disfrutaron de paisajes blancos inéditos. "Me he sentido como un niño chico. Estaba emocionado. Empezó a nevar a las tres y media de la madrugada, luego a las ocho de la mañana, y después a las diez. He salido a la calle a hacer fotos. No podía parar. Es impresionante", contaba casi al mismo tiempo Antonio, otro vecino de Algodonales, sorprendido por lo inusual del momento.

Nieve en Algar

Aquí y allá, los testimonios de los habitantes eran esclarecedores de lo que se vivió ayer en la Sierra. Por ejemplo, en Ubrique no nevaba desde el año 1982. Con las primeras luces del día, la estampa de las sierras blancas que rodeaban al pueblo era impagable. "Estamos más que sorprendidos. Mucha gente joven no hemos visto nunca que bajara tanto la nieve, hasta pintar de blanco los tejados y los coches", explicaba una trabajadora municipal, en esta localidad. En Olvera, Ana Mari, otra vecina, contaba que hace cuatro años nevó en este municipio serrano pero "no con la intensidad de esta vez. Hace décadas que no veíamos esto". Eso sí, el blanco polar se deshizo en más de un sitio en cuanto los rayos de sol asomaron.

También desde las calles más empinadas de Villamartín se podía apreciar a primerísimas horas del día una perspectiva distinta de la famosa torre de Pajarete nevada. "¡Qué pena! Aquí se ha quedado la nieve a las puertas del pueblo. Vi la nevada que cayó en al año 54. Impresionaba", repetía Josefa, disfrutando de las vistas que el polvo blanco dejaba a lo lejos, en la Sierra del Pinar y los picos de San Cristóbal.

Así que la Sierra de Cádiz vivió una jornada para el recuerdo, que muchos inmortalizaron con cámaras y móviles.Memorable porque hay municipios en los que no nevaba desde hace tiempo. El polvo blanco alcanzó cotas de espesor en puntos de la Sierra por encima de los 20 centímetros como ocurrió en Grazalema, Villaluenga del Rosario y Benaocaz. Y jornada insólita porque los copos cayeron prácticamente en la mayoría de pueblos de la comarca, donde no se recordaba un hecho así desde hace años. Y eso ocurrió en Bornos, zonas de Arcos, Algodonales, Ubrique, Algar, Zahara de la Sierra, Olvera, Setenil, El Gastor, Torre Alháquime, Prado del Rey, El Bosque y Alcalá del Valle.

Nieve en Algodonales

Al final se cumplieron todos los pronósticos sobre la ola de frío siberiano que finalmente recorrió la comarca dejando tiritando a sus moradores, con temperaturas, en algunos casos, de hasta menos cuatro grados. Como consecuencia de ello, seis carreteras de la red serrana fueron cortadas al tráfico por la acumulación de nieve en la calzada. Además, la localidad de Grazalema permaneció prácticamente incomunicada por la imponente nevada, que dejó impracticables sus vías de acceso. No se podía subir ni por los puertos del Boyar y las Palomas, ni tampoco por la Ribera del Gaidovar ni por la vía que la une con Villaluenga del Rosario.

Ganado en Villaluenga pastando entre la nieve

La nieve rompió la normalidad en muchos pueblos. Así por ejemplo, no hubo clases en Villaluenga, en Setenil de las Bodegas, Torre Alháquime, Alcalá del Valle, El Gastor, Grazalema y La Muela (Algodonales), según Europa Press, haciendo las delicias de los más pequeños, que disfrutaron de estampas más que invernales. Tampoco, los trabajadores que viajan cada día hasta la Costa del Sol pudieron llegar hasta destino. Por no decir, la odisea para repartidores de alimentos y mercancías que, en más de un caso, se tuvieron que dar la vuelta por la inaccesibilidad de los caminos. "El coche del panadero se ha quedado en la plaza. Es imposible que suba por las pendientes para repartir el pan", contaban en Grazalema. En Villaluenga, narraba el alcalde Alfonso Moscoso, ni el médico pudo acceder al municipio por la nevada ni los alumnos de Secundaria pudieron ir hasta el instituto de Ubrique, donde cursan estudios. Otro tanto pasó con las explotaciones ganaderas diseminadas por el macizo del parque natural de Grazalema, donde la nieve desdibujó carriles y caminos, haciendo difícil llegar para poder alimentar a ovejas y cabras.

La fuerte nevada obligó al cierre de cinco carreteras de la zona. Fueron la CA-9104 que enlaza Grazalema con Zahara de la Sierra, a través del puerto de las Palomas; la CA-9123 de acceso a Grazalema por la Ribera del Gaidóvar; la CA-9107, conocida como la carretera de Lora, que comunica Alcalá del Valle con la autonómica A-384; la CA-9122 de Puerto del Monte y con comunica con Setenil; así como la CA-9120 que enlaza Setenil y Torre Alháquime. Y también la carretra A-373, en un tramo de Ubrique.

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