El equipo del Zoobotánico de Jerez y el doctor Francisco Rábago liberaron ayer en Conil a un ejemplar de ibis eremita, una vez recuperado tras ser sometido a una técnica pionera que ha consistido en colocarle un implante en una pata siguiendo el sistema de los implantes dentales. Según indicó el Ayuntamiento de Jerez, gracias al equipo del zoo y al doctor Rábago se ha dado un paso más en el Proyecto Eremita, dedicado a la reintroducción de esta especie en la comarca de La Janda.

En esta ocasión, a través de la técnica que se sigue en el sistema de implantes dentales se ha procedido a colocar una prótesis en una pata de un ibis eremita que, además de realizarse por primera vez, ha sido "todo un éxito". Esto ha permitido la puesta en libertad del ejemplar.

El Zoobotánico Jerez, junto con la Consejería de Medio Ambiente, trabaja en la reintroducción de esta especie en la comarca jandeña. La Junta desarrolla el proyecto desde hace ya años con la colaboración de numerosas instituciones, como el Zoo de Jerez. Ahora, la población en libertad suma unas cien aves, de las que se han formado este año unas 20 parejas reproductoras repartidas entre el tajo de la Barca de Vejer, tajo de la Mora y torre de Castilnovo.

El ejemplar soltado ayer tiene el nombre de 'Almenara', y ha vuelto a volar con éxito tras la operación ideada por el especialista en implantes dentales Francisco Rábago y el veterinario del Zoobotánico de Jerez, Miguel Ángel Quevedo, que supone un importante avance.

En declaraciones a EFE, el veterinario comentaba que "por las publicaciones que existen y lo que conocemos del tema", probablemente es la primera vez que se coloca un implante en un ave que sale bien porque ante se ha intentado sin éxito. "No conocemos ningún ave que tenga una patita artificial y pueda vivir en libertad", explicaba Miguel Ángel Quevedo.

'Almenara' fue hallada el pasado mes de febrero en muy mal estado y con una herida muy grave y sus cuidadores tuvieron que amputarle la pata y decidieron ingeniárselas para que pudiera sobrevivir. Más difícil que la intervención en sí, que apenas duró veinte minutos, fue diseñar la prótesis y el implante, de titanio y una resina especial, ha contado Francisco Rábago a EFE, que recuerda que los implantes, antes que en las dentaduras se emplearon en el área de traumatología en humanos. "Le hemos dado la vuelta al tornillo otra vez", ironizó.

Tras recuperarse de la operación en unas semanas y hacer tres días vuelos en cautividad, 'Almenara' voló de nuevo en su habitad desde su suelta en el puente del Río Salado.