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Provincia de Cádiz

Un restaurante con buenos mimbres

  • Las Delicias Costa abre al público en la vejeriega playa de El Palmar ofreciendo desayunos frente a la playa y una carta basada en los productos de la zona, la parrilla y los arroces

Tanto el personal como el decorado de Las Delicias Costa tiene un evidente toque marinero.

Tanto el personal como el decorado de Las Delicias Costa tiene un evidente toque marinero. / j.m.

Por el techo del comedor principal de Las Delicias Costa nadan unos peces de mimbre, balanceándose entre estrellas de mar y sobre un fondo en azul y blanco, como muy marinero. Por la estancia se pasean los camareros luciendo unas camisetas como de tripulación del JuanSebastiánElcano. Unos salvavidas, colgados de la pared, dan la bienvenida a Las Delicias Costa. Dos impresionantes ventanales, una especie de ojos de mar gigantes como los que llevan los barcos, permiten ver el mar, la playa. En los laterales, como si fuera el sello de la casa, y recordando a Las Delicias del casco antiguo de Vejer, unas cabezas de toro de cuernos amarillos hechas en mimbre.

El último sueño de Gaspar Sobrino en Vejer ha cobrado vida. El nuevo restaurante que ha diseñado para la sociedad Corredera 31, los mismos empresarios que ya confiaron en él para Las Delicias, ya ha comenzado a navegar. Cuando estás en su comedor principal, una estancia con una docena de mesas con sus paredes hechas en mimbre, tienes la sensación de que estás como en una cueva muy luminosa en medio del mar.

Llama la atención que el establecimiento tiene las paredes del comedor realizadas en mimbre

El establecimiento está dividido en tres espacios: el comedor cubierto, con mesas de madera y completamente decorado en mimbre, a excepción de los cuartos de baño, que recuerdan como a la cubierta de un barco, y dos terrazas. La primera está cubierta, pero unas cristaleras movibles permiten ver el mar o incluso ser retiradas si el tiempo acompaña. Si la cosa está fresquita, hay aire acondicionado para que dentro haya "calor de hogar". El último espacio, el más cercano al mar, es una terraza descubierta donde conviven mesas altas y bajas.

Las Delicias Costa abre con la idea de estar todo el año abierto. No quiere ser un local estacional y también pretende dar servicio a todas las horas del día. Desde la próxima semana abrirán ya por las mañanas, desde las nueve, para ofrecer desayunos, explica Ismael Gallardo, el encargado del establecimiento, el capitán del barco, con cinco años de experiencia ya en Las Delicias de Vejer. Habrá rebanás de pan cateto, molletes, pan integral y alguna especialidad más para untar o para ponerle un poquito de jamoncito, que empezar la mañana mirando el agua y comiendo jamón no está nada mal… hasta Cousteau se apuntaría a la experiencia y sin traje de buzo.

Pero no sólo habrá pan. Contarán también con bollería, tazas con fruta fresca cortada y yogur, para aquellos que quieran empezar con algo más ligero.

Pero Las Delicias Costa nace, sobre todo, con vocación de restaurante. La cocina estará abierta durante todo el día, de 11 de la mañana hasta después de las cenas, aunque desde las cinco de la tarde y hasta las ocho más o menos habrá una carta reducida de productos.

Para el almuerzo y las cenas cuentan con una carta compuesta de platos para compartir y que gira más bien hacia un estilo innovador y de fusión de culturas, utilizando productos locales. Se nota la situación playera del establecimiento y no faltan las ensaladas, las frituras, hechas en aceite de oliva, arroces y mucha parrilla. Hay un apartado específico para los niños y también un apartado de bocadillos para los que quieren algo más ligero y que no les quite mucho tiempo.

La cosa empieza por una docena de entrantes. Hay platos que se han traído desde Las Delicias de Vejer como su famoso lomo en manteca (8 euros), servido como una especie de carpaccio con finísimas lonchas de carne o algunos platos con atún. Y también hay algunos platos originales como la concha fina, un bivalvo de tamaño más grande que la almeja muy habitual en el Campo de Gibraltar y poco vista en los restaurantes de la provincia. Las sirven en una salsa realizada con fino de Jerez (10,50 euros).

Las mesas están decoradas con unos pequeños manteles con todos los continentes del mundo. Para acompañar, una carta de vinos que se abre, como ya afortundamente viene siendo habitual en los locales de nueva apertura, con los jereces y los vinos de la zona. La riojitis está de capa caída en la provincia.

Los platos llegan bien presentados, como una ensalada de couscous con verduras cortadas a cuadraditos milimétricos y acompañadas con anchoas y rúcula (12 euros). Entre los aperitivos, también algunas frituras como las croquetas, las berenjenas o unos taquitos de atún en adobo (12 euros). No hay pescados fritos en un intento de diferenciarse de la oferta de la zona.

Ya en el apartado de platos hay arroces: uno de mariscos, otro de ibéricos y uno negro. Los precios van desde los 12 a los 14 euros y se pueden pedir para uno solo.

Los pescados se hacen en una parrilla alimentada con madera de encina. Hay calamares (15 euros), pulpo (17) o tarantelo de atún (21). Este último se sirve en un taco de tarantelo, que dejan bastante jugoso por dentro y que se acompaña de unas verduras en salsa cabayaki, una especialidad japonesa con un toque dulce y picante, y patatas horneadas y partidas a dados. Hay también un pescado del día que varía en función de lo que entre en el mercado.

En cuanto a las carnes, también a la parrilla, hay presa ibérica, pollo, ternera de La Janda, vaca rubia gallega o chuletitas de cordero lechal. Los precios oscilan entre los 11,5 euros del churrasco de pollo y los 20 del lomo bajo de vaca gallega.

Se tiene en cuenta también a los vegetarianos con una hamburguesa vegetal (10 euros), aunque también la hay de retinto (12) o una especie de bocadillo de jamón ibérico y carne mechada (11 euros). La carta especial para niños lleva espaguetis, hamburguesas, patatas fritas con huevo o pollo empanado.

El apartado de postres, para los que también se ofrece una carta especial de vinos, tiene una fresca combinación de melón, vodka, hierbabuena y lima (5 euros) hasta unas fresas con nata, ahora en temporada (4,5) o una panacota, un postre italiano que recuerda al flan, acompañada con cítricos en una salsa y un toque de Cointreau, un licor francés de naranjas.

También hay una carta especial de cocteles para terminar la comida.

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