Provincia de Cádiz

"Con sábanas como camillas sacamos a siete"

  • La rápida ayuda prestada por varias personas para rescatar a los residentes evitó una tragedia mayor

"Si piensas donde te vas a meter, es tiempo que pierdes para ayudar". El cabo primero de la Guardia Civil del puesto de Olvera, Manuel Luque García, no se lo pensó dos veces cuando sus compañeros le avisaron de la tragedia que se estaba viviendo, al filo de las cinco de la tarde del domingo, en la residencia de ancianos de la localidad serrana. Un incendio engullía dependencias de estas instalaciones y dentro estaban 25 personas mayores y la plantilla de cuidadores y asistentes del centro.

Tal y como estaba en su casa, porque era día de descanso, con chanclas y bermudas, el cabo primero de la Benemérita cogió el coche y se plantó en la residencia Nuestra Señora del Socorro, donde las llamas salían por las ventanas de varias plantas del edificio.

Manuel Luque, junto a otros tres compañeros de la Guardia Civil y otros agentes de la Policía Local conformaron el primer dispositivo que echó una mano para sacar a ancianos de esta residencia mientras los bomberos sofocaban el fuego. También fue vital la pronta ayuda de gente anónima de Olvera, entre ellos, los trabajadores y clientes del bar cervecería Entre Camino, que se encuentra a menos de 50 metros del centro y que corrieron tras escuchar los primeros gritos de socorro de esta residencia para ayudar en la evacuación de los residentes. La valiente ayuda de todos ellos para sacar a los ancianos, muchos de ellos impedidos o en sillas de ruedas, hizo que la tragedia no fuera a más.

Y es que, relatan los testigos, al filo de las cinco de la tarde, un nutrido grupo de abuelos, muchos en silla de ruedas, estaban ya preparados para merendar en las zonas comunes. Otros permanecían en las camas de sus habitaciones, en las plantas de arriba, por estar impedidos. Así que Iván García Pérez, dueño del bar, y sus compañeros, se tiraron literalmente a la calle, saltaron la reja de seguridad del centro porque el dispositivo de la puerta quedó inoperativo por falta de luz y empezaron a sacar a los residentes de la planta baja. "No podíamos llegar a los de los pisos superiores por el fuerte humo", explica Iván, quien está convencido de que el fácil acceso de entrada y salida de la residencia contribuyó a restar minutos en la evacuación, que fueron fundamentales para salvar vidas.

Sin apenas visibilidad y pese a no tener mascarillas para respirar, los dispositivos policiales sí consiguieron acceder a las plantas superiores y rescatar a siete ancianos que estaban postrados en sus camas. "Cogimos las mismas sábanas de las camas y a modo de camillas pudimos sacarlos. Evacuamos a dos de la primera planta y a cinco de la segunda", relata el cabo primero Manuel Luque, que tuvo que ser atendido por los equipos sanitarios, junto al resto de agentes, debido a los gases que inhalaron en el interior del edificio. Su ropa de andar por casa y su cara tiznada por el humo, que se puede apreciar en una de las imágenes de esta página, dan buena cuenta de la valiente actuación que desempeñó el agente de la Guardia Civil, el resto de los cuerpos de seguridad y los vecinos.

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