PREMIO INTERNACIONAL

La partitura de una plaza

  • Dos jóvenes arquitectos de Sevilla ganan un premio internacional de arquitectura en Dinamarca. El proyecto es un recinto multifuncional en una de las principales entradas del sur de Copenhague

Ésta es la historia de un si sostenido que suena a victoria. La música es un elemento universal que puede aplicarse a cualquier aspecto de la vida, también a la arquitectura. Cada nota musical debe encajar perfectamente en el pentagrama para que nazca una nueva melodía, al igual que cada una de las piezas de un proyecto arquitectónico. Después de cuatro semanas de duro trabajo, la obra creada quiere ver la luz, pero necesita un nombre: Plaza del si sostenido.

Jaime García y Gorka Zubicaray son los padres de este proyecto. Con él, han ganado un concurso internacional de arquitectura en Copenhage. Superar la gran competencia no era fácil. Personas de todas las edades, nacionalidades y profesiones podían presentarse a este concurso que tenía como objetivo la reactivación de un espacio público que se encuentra obsoleto dentro del tejido urbano de la capital danesa. “Es un espacio similar al que había en el estadio del Sevilla antes de construir el centro comercial de Nervión Plaza”, explica el sevillano Jaime García. “Una zona desaprovechada donde sólo aparcaban coches”. Pero, al final, el si sostenido sonó por encima de los 113 proyectos presentados.

La información que facilitaba la organización estaba en danés y estos chicos tuvieron que poner en práctica más cosas además de sus conocimientos arquitectónicos. “Con la ayuda de internet fui traduciendo las bases, incluso aprendí como se decía alcantarilla, acera o cementerio”, recuerda Jaime. Lo que sí tenían claro era que el Ayuntamiento de Copenhage quería convertir la plaza en un lugar de referencia, un icono en la principal entrada al sur de la capital danesa.

Los jóvenes, residentes en Sevilla, acogieron con ilusión este concurso y tras muchas hipótesis, dibujos a mano alzada e infografías en tres dimensiones llegaron a la idea final. La plaza, cuadrada, cuenta con cuatro límites que tenían que respetar: un edifico cultural, otro de oficinas y dos carreteras de acceso a la ciudad. A estos elementos le han sumado un escenario que, según Jaime, “es el referente que se ve desde la vía de entrada por encima de la línea de árboles que cierra la plaza”; una segunda zona donde han ubicado una cafetería y un restaurante; y, por último, un espacio cultural con una biblioteca, un salón de actos y sala de exposiciones, es decir, “un edificio multifuncional”. Los jóvenes también han pensado en los trabajadores de las oficinas allí situadas y han ideado una guardería.

Han colocado, además, zonas verdes en la superficie de los espacios nuevos, una hilera de árboles para reducir el ruido del tráfico y han elevado el suelo para aprovechar las pocas horas de luz y que la sombra que proyecta los edificios tarde más en llegar. “El suelo se pliega como un papel, dando lugar a diferentes alturas, pliegues que se pueden utilizar para patinar o escalar”, apunta Gorka Zubicaray. Las ilusiones de Jaime iban a más cuando, al terminar, imprimían el proyecto. “Vamos a ganar”, le decía a su compañero menos optimistas y que no dejaba de ver puntos que podían mejorarse. “Yo soy el contrapunto, el toque de realismo al entusiasmo de Jaime”, bromea Gorka.

El pentagrama ya era una partitura completa. Ahora sólo necesitaba un nombre. “Siempre se deja para el final y suele ser fruto del cansancio. De hecho, cuando Jaime me explicó la mezcla de conceptos que hizo le dije: vale Jaime, lo que tú digas”, señala risueño Gorka. Los planos del proyecto están llenos de líneas que hacen referencia a los distintos espacios y edificios de la plaza. Unas líneas que crean formas geométricas que encajan como el juego japonés tangram. Y ahí, en ese tangram, Jaime visualizó una C que, en el lenguaje musical británico, significa la nota Do. El joven relacionó esta nota con otra que produce un sonido muy similar, el si sostenido, y de aquí a “Si sostenible, sí a los recursos renovables, sí a los materiales acordes con la naturaleza”. De esta forma la nueva canción arquitectónica se llamó Plaza del si sostenido.

La obra final viajó a Compenhage. La suerte estaba echada y el resultado se hizo esperar. “Primero me llamaron en julio y me dijeron que habíamos ganado un pequeño premio, que no podían decirnos nada más”, comenta Gorka Zubicaray, “y un mes más tarde volvieron a llamar para decirnos que habíamos ganado el primer premio”. A Jaime la noticia le cogió en un avión de camino a Canterbury (Inglaterra). “Cuando me bajé del avión y encendí el móvil lo primero que vi fue un mensaje de Gorka con la noticia”. La respuesta de Jaime fue directa e inmediata: “Te lo dije”. Sin embargo, no pudieron verse y celebrarlo juntos hasta un mes más tarde, el 5 de septiembre en Copenhage, cuando recibieron su premio: 20.000 euros y un ramo de flores que regalaron a una trabajadora del hotel donde se hospedaron.

De momento el proyecto no se va a llevar a cabo. “Desde el ayuntamiento nos dijeron que era muy difícil porque tienen que hablar con los vecinos, comerciantes, políticos”, anuncia Jaime, “y si se hace lo desarrollará un equipo danés”.

La obra ya se ha estrenado y la crítica ha sido buena. Sólo queda que sus compositores sigan cosechando éxitos.

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