Real Betis

La senda inestable del Betis

  • Los movimientos en el club de cara al banquillo siguen pese a que Víctor estará ante el Eibar.

  • Ni rastro de la paz social tras el acuerdo con Oliver.

José Miguel López Catalán y Ángel Haro, en el palco del Villamarín antes del inicio de un partido.

José Miguel López Catalán y Ángel Haro, en el palco del Villamarín antes del inicio de un partido. / antonio pizarro

La situación actual del Betis, tanto en el plano deportivo como en el institucional, atraviesa por un momento de incertidumbre y de ausencia de paz social que ha provocado que el nerviosismo se haya instalado en la planta noble del Benito Villamarín, y en una afición quemada que está comprobando cómo el proyecto de Ángel Haro y José Miguel López está agotado, como indican los números, los hechos y las sensaciones, fruto de una mala gestión deportiva.

En este plano, la derrota del Sporting ante la Real Sociedad (3-1) en Anoeta fue un respiro para la actual cúpula dirigente, pues Víctor Sánchez del Amo, con Miguel Torrecilla como principal defensor de su continuidad, podrá sentarse en el banquillo en la cita del próximo domingo ante el Eibar, en el Benito Villamarín. Sin embargo, tanto el presidente como el vicepresidente y el director deportivo del club verdiblanco son conscientes de que una nueva derrota ante el equipo eibarrés les podría llevar a tener que tomar una decisión con respecto al actual técnico; de ahí los movimientos, desde hace días, en busca de soluciones en el caso de tener que cesar al madrileño. Éstas pasarían por contar con un entrenador de fuera o bien con alguien de la casa que pueda dirigir al equipo bético lo que resta de temporada y empezar un nuevo proyecto para el curso 17-18.

La destitución de Víctor supondría un nuevo lunar negro en la planificación de Torrecilla y en la gestión deportiva de Haro y Catalán al frente de un Betis que está firmando unos números muy malos, como queda reflejado en el siguiente dato: el equipo verdiblanco que bajó con 25 puntos (2013-14) llevaba en la jornada 31 de esa campaña 22 puntos, por lo que podría estar luchando en ésta por no bajar. Un ejemplo que sirve para comprobar el poco nivel de la zona baja y el que está mostrando el actual Betis en una campaña en la que el objetivo lanzado por la entidad verdiblanca, el pasado verano, era dar un salto de calidad y luchar para quedar del décimo hacia arriba.

Además del tema deportivo, el institucional sigue muy presente en un Betis donde el pacto de Haro y Catalán con Luis Oliver ha traído al beticismo todo menos paz social. Las plataformas de Por Nuestro Betis y Béticos por el Villamarín solicitaron hace días documentación expresa al club heliopolitano sobre el acuerdo alcanzado con Bitton Sport y de momento no han recibido respuesta. Incluso, el malestar en ambas ha ido in crescendo en las últimas horas tras conocerse ayer que el Betis ha retirado su acusación de alzamiento de bienes contra el empresario navarro, tal como quedó acordado en el pacto que ambas partes firmaron.

Ante esta situación, el consejero Rafael Salas, muy contrario al modo de gestión deportiva de Catalán -el hombre fuerte en esta faceta- y Haro, continúa meditando si presentar una candidatura, a la espera de que el Betis respire tranquilo en la tabla y pueda competir en igualdad de condiciones con ABA. No obstante, Salas sigue buscando apoyos y esbozando un proyecto en el que el fútbol y los valores del beticismo irían de la mano, en una forma de trabajo y de dirigir al club muy diferente a la actual.

En este contexto llega para el Betis el encuentro del próximo domingo ante el Eibar, en una nueva cita en el Villamarín después de que en el choque ante el Villarreal la afición expresara su malestar con Víctor y la directiva. Un descontento aún mayor tras la abultada derrota, el pasado domingo, ante Las Palmas y que ha provocado que los nervios se encuentren instalados en la actual cúpula dirigente.

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