Emociones a flor de piel. Así se puede definir el estado de los centenares de devotos que acudieron en la tarde de ayer a ver a la primera hermandad de La Línea que sale en procesión, La Borriquita.

A las ganas por ver la procesión tras un año de espera se sumó ayer la tensión vivida por los devotos durante un intenso y complicado fin de semana tras la decisión del Consejo Local de que no hubiera desfiles procesionales y el cambio que se produjo horas más tarde.

La climatología respetó a La Borriquita y pese a las gotas caídas durante la mañana, el sol lució espléndido por la tarde. Centenares de personas se concentraron en la avenida Menéndez Pelayo, donde está la capilla del colegio salesiano San Juan Bosco.

La puntualidad de esta cofradía no falló y una vez más, como cada Domingo de Ramos, la puertas del templo se abrieron a la hora prevista, las cinco de la tarde, para dejar salir a la Cruz de Guía. Comenzaba así la Semana Santa de La Línea.

La cuadrilla de costaleros realizó a la perfección la maniobra de salida y Jesús de Nazaret, sobre el burro, fue recibido por los fieles con música e intensos aplausos. Por primera vez acompañó al paso la banda de cornetas y tambores de Nuestra Señora de la Salud de Huelva.

Voluntarios de distintas cofradías colaboraron con la hermandad de la Borriquita para que el desfile transcurriera sin incidencias en una Semana de Pasión atípica en La Línea debido a la falta de agentes de la Policía Local, lo que ha impedido que el Ayuntamiento establezca el dispositivo de seguridad necesario.

Tras su salida por Menéndez Pelayo, el paso emprendió la procesión por la calle Blas Infante hasta llegar hasta el santuario de la Inmaculada, donde aguardaban centenares de personas. La Borriquita fue mecida para presentar sus respetos a la patrona y luego continuar el itinerario establecido.