Domingo de resurrección

Decepción al final

  • Resurrección, Resucitado y Facundillos, obligados a quedarse en sus templos a causa de la lluvia

NO pudo ser. La Semana Santa de 2013 se despidió de forma prematura en la mañana de ayer, cuando se hicieron buenos los peores pronósticos y la lluvia impidió la salida procesional de Resucitado, Resurrección y Facundillos. Hubo, una vez más, lágrimas, pena y tristeza, pero también el consuelo de que en muy pocas semanas, el próximo 25 de mayo, Granada volverá a vivir el aroma de las procesiones gracias a la Magna Mariana, en la que participarán 27 pasos para celebrar el primer centenario de la Coronación Canónica de la Virgen de las Angustias, patrona de la Archidiócesis de Granada.

La jornada comenzó muy temprano en la iglesia de San Miguel Arcángel, en los Vergeles, donde estaba prevista la salida de Nuestro Señor de la Resurrección y Santa María del Triunfo que, por primera vez, iban a completar su estación por la mañana y cumplir así con la petición del Arzobispado. A las nueve, hora fijada para el inicio de la procesión, unas trescientas personas esperaban junto al templo con la vista puesta en las nubes que, a esa hora, descargaron a modo de aviso una ligera llovizna. La junta de gobierno se reunió y decidió no salir, una decisión acertada por cómo se desarrolló la jornada a pesar de la decepción que sintieron muchos fieles.

Tras hacerse pública la decisión a las nueve y media de la mañana, la hermana mayor de la hermandad, Eva Valladares, anunció que se abrirían las puertas de la iglesia para que, quienes así lo quisieran, rezaran ante las imágenes o asistieran a la eucaristía de la Pascua de Resurrección. Dentro, el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, consoló a los presentes con un animoso "nos vemos en mayo", en referencia a la Magna Mariana que recorrerá las calles de la capital granadina.

Las mismas escenas de congoja se vivieron poco después en la Iglesia del Sagrario, donde estaba prevista la salida a las once del Santísimo Cristo Resucitado y Nuestra Señora de la Alegría. Y en Santo Domingo, donde los Facundillos se quedaron sin poder llevar la imagen del Dulce Nombre de Jesús, obra de Torcuato Ruiz del Peral, hasta la Catedral y acompañar la talla con el soniquete de las campanillas de barro que anuncian gloria.

A primera hora de la tarde, los trabajadores de Inagra comenzaron las tareas de limpieza de la cera en las calles de la carrera oficial. Un poco más tarde, sobre las siete, a pesar de la lluvia, la imagen de Nuestro Padre Jesús Despojado fue trasladada desde su casa de hermandad a su parroquia, San Emilio.

Otro año más, la lluvia ha sido protagonista de una Semana Santa que se recordará por las inclemencias meteorológicas que únicamente dieron una tregua el Martes, Jueves y el Sábado Santo, cuando Santa María de la Alhambra pudo procesionar en una jornada apoteósica. El resto de los días la lluvia obligó a dejar en sus templos a los titulares de las hermandades y cofradías y, en el caso de las que decidieron arriesgar, a acelerar el paso, recortar recorridos y a cubrir las imágenes con plásticos cuando la lluvia hizo acto de presencia. Una decepción tras otra de la que, sin embargo, Granada se podrá resarcir dentro de 377 días, los que quedan para el próximo Domingo de Ramos.

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