Diario de Pasión

Cuarenta días para que todo vuelva a empezar

Comienza la Cuaresma. Poco a poco, el soniquete de las chirigotas irá dando cada vez más paso a otros sonidos, el de las marchas de las bandas y agrupaciones o el del racheo de alpargatas de los costaleros durante sus ensayos en las aún frescas noches que anticipan la llegada de una nueva Semana Santa.

Llega ahora el tiempo de los quinarios, de las funciones principales de instituto, de los besamanos y besapies, del arreglo de las túnicas o de la confección de una nueva por eso del 'estreno' del pequeño o pequeña en la tradición familiar de salir en la hermandad... El miércoles de ceniza indica que quedan 40 días para que la la primera Cruz de Guía se eche a la calle allá por la Catedral, cuando los nazarenos de la Hermandad del Perdón comiencen su estación de penitencia desde su 'exilio' en el primer templo jerezano por mor del mal estado de los alrededores de la Ermita de Guía.

Por delante, cuarenta días intensos para muchos: para el que vive de esto todo el año y que tiene que entregar en tiempo y forma una pieza de orfebrería o de bordado; para las bandas, que aunque muchas llevan ensayando desde hace ya varios meses, pegan en estos días el último arreón para que de sus cornetas salgan afinadas notas musicales que les reportarán, de nuevo, un contrato con tal o cual hermandad; para el pregonero, que estará dando los últimos coletazos a una obra que estará leyendo y releyendo para quitar o poner una coma en tal o cual estrofa con tal de que todo quede perfecto el Domingo de Pasión en el Villamarta. Y como no, para los cofrades, desde el Hermano Mayor hasta el último que ha jurado como nuevo miembro de la cofradía. Unos trabajarán intensamente para que todo salga a pedir de boca durante la Cuaresma y la estación de penitencia y otros volverán a esperar hasta última hora para sacarse la papeleta de sitio.

Empieza la Cuaresma de la crisis, aunque habrá que ver si se acaba notando finalmente en la renovación de los palcos o en el exorno floral de los templos durante los besapies y besamanos. Cuarenta días para que todo comience a terminar, porque, cuando allá por la Merced empiece a recogerse el palio de Madre de Dios de la Misericordia, muchos 'jartibles' ya estarán contando los días que restan para un nuevo Domingo de Ramos.

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