Santa Marta

Lazos más que solidarios desde los intramuros

  • Las mujeres fallecidas por cáncer de mama estuvieron presentes en el paso de palio de Madre de Dios del Patrocinio

En la Plaza de San Mateo todo se vive con un fervor diferente. Cielos despejados, sol radiante y ganas de Caridad se aunaron el Miércoles Santo a falta de veinte minutos para las cinco de la tarde, cuando se ponía la cruz de guía de Santa Marta en la calle.

Como cada año, por las pequeñas dimensiones del templo, el cortejo de nazarenos hizo su salida desde la Iglesia Parroquial de San Mateo, y los titulares desde la Capilla de Santa Marta, una frente a la otra en la misma plaza.

Desde su fundación por el gremio de hosteleros, del que es patrona, la corporación tenía su sede en el primer templo del barrio y, fue a partir de 1981 cuando comenzó a procesionar en el ecuador de la Semana Santa, haciendo su entrada en la jornada del miércoles. Ya en 1997 se trasladó a su actual capilla.

Aunque la cofradía tiene más de 600 hermanos censados, solo una cuarta parte viste el hábito nazareno que se diferencia en sus cortejos. En los dos, la túnica y el antifaz son negros, a excepción de la capa, que en el Cristo es negra y en el palio de color blanco.

El paso al martillo de Jesús Sánchez Lineros apostaba ayer, un año más, por sones puramente jerezanos. El acompañamiento musical estaba a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Caridad que volvió a congeniar con el andar del imponente traslado del Señor al Santo Sepulcro.

El dorado de la canastilla y los seis candelabros, junto con el exorno floral de rosas moradas y flores silvestres, acentuaba aún más a la imaginería que este año presentaba novedades en la finalización de las túnicas de José de Arimatea y María de Cleofás, ambas bordadas en oro.

La Señora estrenaba su corona restaurada y remozada en una tarde de miércoles en la que la corporación quiso memorar en su estación de penitencia, de más de siete horas, a los fallecidos por cáncer de mama. Lo hicieron colocando dos lazos representativos de color rosa y negro, respectivamente, en el primer varal izquierdo del paso de Madre de Dios del Patrocinio.

'Mater Mea' fue la primera pieza en sonar, interpretada por la Banda Municipal de Nuestra Señora del Rosario de El Cuervo, mientras se producía el golpe de llamador en el interior de la capilla del paso engalanado con rosas de color champán. En su camino hacia la Catedral, sonaron obras como 'Ante el Sagrario', 'Perdónalos' o 'Coronación de la Macarena'. El desgarro de las saetas acompañó a la hermandad en el discurrir de vuelta hasta su templo por la calle Cabezas, un enclave que siempre sorprende.

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