Alameda de cristina

Lunes Santo

MARTA y María ocupan palcos contiguos. No son las hermanas de Lázaro porque estamos en el 2008. Conversan animadamente las dos señoras que se hicieron amigas el Domingo de Ramos.

-¿Vio usted las dos Cofradías del Sábado de Pasión?

-No, hija, no pude verlas.

-Ah… pues no sabe usted lo que se perdió.

-Me lo ha dicho mi niño, que fue a verlas salir a las dos.

-Yo, a pesar de los dolores que tengo en las piernas, no me las perdí. He empezado a llorar antes de Semana Santa.

Se va acercando la Cruz de la Santa Cena:

-Y las de ayer, ¿qué le parecieron a usted?

-Para reventar, doña María… Hay que ver esa cara de la Estrella y la de esa Morena del Transporte.

-¿Y dónde me deja usted la Paz de la Coronación?

-No se la dejo en ningún lado porque no es mía ni de usted…

La Cruz de Guía de la Santa Cena ha llegado al Palquillo.

-¿Y de las Angustias qué me dice usted?

-Que me deshace, hija mía. Yo creo que a todas las madres que ven a las Angustias se les derriten las entrañas dentro del cuerpo.

-Es verdad, querida…

Se levantan las dos señoras al pasar la primera Cruz de Guía del Lunes Santo. María se santigua, y Marta musita entre labios un Padrenuestro rápido y suspirado.

Ya hay niños solicitando cera a los nazarenos. La cera deja rígidas manchitas ardientes en las palmitas de las manos que el Viernes Santo parecerán las bolas enormes que sostienen los dos leones del Congreso de los Diputados.

-¿Qué le han dicho a usted del Miércoles Santo?

-¡Ay, no quiera usted saberlo! Me han echado las cartas, y salen paraguas por todos lados.

-No lo quiera nuestro Padre Jesús del Prendimiento…

El Paso de la Santa Cena está parado delante de Marta y María.

-Este Paso sale también el día del Corpus.

-No puede ser, señora, el Corpus no cae en Semana Santa.

-Le juro a usted por las cenizas de mi madre, que este Paso sale el día del Corpus.

Judas mira desde el Paso a las dos señoras con un gesto que las atemoriza:

-¡Qué malo fue el hijo de su madre..!

-Pues todavía hay muchos Judas en este mundo…

El Amor y Sacrificio va imponiendo silencio por las calles donde pasa y las palmeras de Cristina se balancean como reverenciando a Jesús de Las Misericordias y a la gótica muerte del Cristo de la Viga.

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