la candelaria

De La Plata más fina que hay

  • La cofradía del Lunes Santo disfrutó de una estación de penitencia magnífica arropada por su barrio

La tarde del Lunes Santo es también la del antiguo barrio La Plata. Su cofradía eligió la hora de las cinco de la tarde para poner la cruz de guía en la plaza de Federico Mayo. Sus nazarenos de antifaz de terciopelo morado y capa blanca iban abriéndose camino entre el mucho público que se congregaba a esa hora de la tarde en la zona norte de la ciudad.

El Señor de Las Misericordias iba en su paso de caoba más portentoso que nunca. El gran milagro de la imagen de Pinto Berraquero reinando con su cruz al hombro entre las figuras que hiciera Juan Carlos García para este gran misterio. Este año con el paño que ha pintado la artista Isabel Santiago para la Santa Mujer Verónica que ofrecía al Señor esa tela sagrada para secar su Bendito rostro.

Decir Candelaria es decir barrio puro. Es por ello por lo que el paso por la calle Fernando de la Cuadra -el arquitecto que diseñó esta barriada y que es objeto de estudio en las escuelas de arquitectura por sus espacios y equipamientos- es uno de los momentos más emotivos de la cofradía. Es como una remembranza a aquellos primeros años de la década de los cincuenta en los que cofrades del recién estrenado barrio se reunían para fundar su propia hermandad, la que le diera identidad a un barrio que era como un brazo que se extendía por la zona norte de Jerez.

Tras el Señor, venía la Reina de los corazones del barrio: La Candelaria. Esa guapa Señora que tallara Manolo Prieto y que, desde el primer momento, cumplió, sobradamente, los anhelos de sus jóvenes cofrades fundadores. La banda municipal de música Enrique Galán de Rota adornó perfectamente con sus marchas el paso de este paso de palio que ya marcó, en el ámbito costalero, un estilo propio desde hace muchos años. De igual manera, la agrupación musical La Sentencia lo bordó tras el Señor de Las Misericordias.

Su vuelta tras la estación de penitencia en la Catedral también formó parte de lo que es ya un clásico del Lunes Santo. Ver a la cofradía de La Plata de vuelta por Lealas es una delicia. Todo un barrio esperando a la cofradía que avanza poco a poco, entre plegarias y buen andar costalero. Hasta llegar de nuevo a su parroquia de San Ana en la que la cofradía vuelve embriagada de la tarde noche de un Lunes Santo más.

No se entiende el Lunes Santo sin la cofradía de la Candelaria. Benditas reuniones en el bar Andalucía que dieron como resultado una cofradía con tanto sentido y con tanto sabor a 'plata fina'.

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