Es un problema que cada año tiene que asumir la hermandad que radica en el templo parroquial de la Granja. El párroco les impide meter el paso en la iglesia hasta pasada la misa de Palmas del Domingo de Ramos, argumentando que las andas le restan sitio para que los fieles puedan seguir la eucarística del día. Esto obliga a la cofradía a tener que buscar una nave, alquilada o cedida, donde meter el paso e iniciar como pueden el montaje del mismo, que se culmina ya en el templo, a contrarreloj, una vez que es trasladado a partir del mediodía del Domingo de Ramos. De hecho, anteayer se pudo ver la insólita estampa del paso superando un carril de tierra por los alrededores de Chapín (con un dorado casi de estreno que es incompatible con un polvoriento sendero) en el traslado hasta la Granja. Esto no es nuevo. La hermandad, por activa y por pasiva, ha explicado el problema al párroco sin éxito en su petición. Incluso lo han trasladado al Obispado para que medie en el asunto, con el mismo resultado. Así que por el momento sólo les queda a estos cofrades aligerar todo lo posible, un trabajo extra que se suma al montaje de una cofradía que no es nada fácil ponerla en la calle.