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Falló con la espada por tanta ansiedad

  • El Sevilla, sin acierto en la suerte suprema, se ahoga en los fallos de Palop pese a su buen despliegue táctico y su enorme acoso

El Sevilla se derrumbó en El Sardinero después de realizar una más que digna faena a la que, como los debutantes llevados por la ansiedad, sólo le faltó rematar en la suerte suprema. Negredo, con dos infortunios clave, el penalti fallado y el cabezazo al palo en pleno acoso, escenifica la impotencia de un equipo que se ahogó en la orilla de los errores de Palop. El técnico jiennense puso en escena un buen planteamiento que empezó a derrumbarse por los fallos individuales a balón parado, pero luego supo reaccionar con variantes tácticas para escribir un manual. Nada sirvió ante un rival que jugaba con diez desde el minuto 38, lo que aumentó la ansiedad.

Defensa

El jueves, el mismo día de la reunión de la plantilla para zanjar el asunto de Martín Cáceres, Manzano trabajó la estrategia, las faltas laterales y los saques de esquina. Y así abrió el marcador el Racing, por dos veces, aunque hay que señalar que se debió a dos muy concretos errores individuales. El primero de Palop, a quien le faltó mando primero para evitar el córner y decisión luego para hacerse con el balón ante Christian. Y el segundo de Rakitic, que despejó hacia dentro una falta. El Racing encontró algún resquicio con juego directo, pasando por alto la barrera que había puesto Manzano con Fazio por delante de la zaga y Rakitic y Medel a sus flancos.

En la segunda mitad, Manzano arriesgó dejando a tres defensas y Fazio cumplió cerrando el flanco derecho. Pero la entrada de Arana aumentó el riesgo. El ex bético le cogió las espaldas a Medel, cuando Fazio se sumó al ataque, y aprovechó que Palop estaba completamente descolocado: 3-2.

Ataque

El Sevilla, bajo un 4-3-3, que a veces tendía al 4-1-4-1, tuvo siempre mucha más posesión. Sin embargo, le faltó algo de más cohesión entre la medular y el ataque. Medel y Rakitic intentaban escupir el balón a la primera, y eso a veces chocaba con la excesiva conducción de los extremos. La tendencia se acentuó con la entrada de Luis Fabiano: 4-4-2 para levantar el 2-1 que llegó gracias al poderío de Fazio a balón parado, aunque el brasileño aumentó la presencia en los tres cuartos. Pero Manzano terminó llenando de atacantes el dibujo. A veces incluso se estorbaban y sólo Rakitic sacó centros de verdadero peligro.

virtudes

Querer siempre los tres puntos y la riqueza de variantes tácticas.

talón de aquiles

La ansiedad y la excesiva acumulación de piezas arriba. Y el meta.

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