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Mejor hoy que mañana

  • Élite El Sevilla inicia en Valencia una nivelada eliminatoria entre los dos últimos campeones de la Copa Mentalización El equipo de Jiménez afronta la ida como si todo fuera a partido único

Cita grande para el Sevilla 2008-09. La posibilidad de volver a meterse en una final de la Copa del Rey pasa por el estelar cruce que enfrenta a los blanquirrojos con el Valencia. Nada más y nada menos que los dos últimos campeones de la competición miden sus fuerzas cuando uno está ubicado en la tercera plaza de la tabla de la Liga BBVA y el otro lo sigue en el cuarto puesto. El premio, con permiso de Athletic o Sporting, sería repetir en el mismo escenario el próximo 13 de mayo en la auténtica final.

Los datos objetivos permiten augurar que será un cruce tremendamente igualado entre dos equipos que forman parte de la élite del fútbol español. El examen, pues, no puede ser más exigente y el Sevilla llega al mismo con el aval de sus resultados desde que se reanudara la competición tras el parón navideño. Se exceptúa ese empate contra Osasuna en el tiempo de prolongación después de un horrible partido, cierto es, y todo lo demás fueron victorias.

Aunque los múltiples inconvenientes físicos de algunas de las principales estrellas genera incertidumbre, si al arranque del año se le suma que el juego en muchos de esos partidos fue más que convincente y que el espíritu de lucha del equipo no ha podido ser mayor, pues se está ante una serie de circunstancias que permiten un espíritu optimista. Sin lanzar las campanas al vuelo, eso sí, conscientes de la tremenda igualdad entre Sevilla y Valencia, que ya se vio en el encuentro de Liga entre ambos conjuntos, pero los nervionenses no se sienten para nada inferiores, sino todo lo contrario.

Y dentro de ese estado de ánimo general evidentemente positivo sólo paliado por las lesiones, existe un convencimiento generalizado respecto a la trascendencia que tendrá en el devenir de la eliminatoria este partido de ida. Es verdad que se trata de un choque de ciento ochenta minutos y que eso exige inteligencia a la hora de negociar todas las situaciones que se van produciendo, pero dentro de las filas sevillistas se instala la opinión de que el primer encuentro tiene una gran trascendencia con posterioridad. Ni siquiera jugar primero lejos del Sánchez-Pizjuán disminuye esa sensación y tanto Jiménez como el resto de sus colaboradores se empeñaban en mentalizar a sus futbolistas para que éstos piensen que se trata de algo parecido a una eliminatoria a partido único.

Las trayectorias de ambos equipos también avalan esa tesis. Tanto el Valencia como el Sevilla se han sentido muchísimo más cómodo cuando han ejercido como visitantes que cuando han jugado como locales a lo largo del presente curso. Ése es un dato a tener en cuenta para que los sevillistas vuelvan a manejarse con la imagen valiente que tan buenos réditos les ha dado en los últimos encuentros. Los miedos, por tanto, están prohibidos y un nuevo ejemplo para ello debería ser el reciente Valencia-Villarreal. Los hombres de Emery se pusieron con un rotundo 2-0 en los diez primeros minutos, pero, incapaces de mantener el resultado, acabaron cediendo un empate a tres. Es curiosa esa circunstancia y permite augurar un partido extraño, de ida y vuelta, aunque la referencia de la Liga invite a pensar justo en lo contrario, en dos equipos con muchos temores, demasiados tal vez, y perfectamente trabajados en el aspecto táctico.

Otro factor a tener en cuenta para este encuentro será la frescura de los futbolistas. Los esfuerzos son exigentes y ambos equipos acumulan cinco partidos desde que se le diera el pistoletazo de salida a enero. En este sentido, existe una ligera desventaja incluso para el Valencia, pues tuvo que disputar una prórroga hace sólo una semana frente al Racing mientras el Sevilla vivía una cómoda clasificación ante el Deportivo. Claro que todos tienen el derecho a la queja y Jiménez argumenta que Emery ha podido rotar a más futbolistas, que la plantilla del Sevilla apenas cuenta con once profesionales al ciento por ciento. Otra teórica ventaja para los visitantes en el día de hoy será haber gozado de una jornada más de recuperación desde el partido del sábado, pues el Valencia jugó el domingo en Bilbao, pero los problemas de los delanteros despiertan incógnitas respecto a su participación.

Para acabar este repaso a las circunstancias a esta especie de final que deben afrontar los blanquirrojos surge el nombre de Kanoute, aunque no menos que otros compañeros que también llegan entre algodones. El gigante francés sufrió una distensión en su hombro el pasado sábado y tiene en vilo a Jiménez. El técnico no se atrevía a vaticinar si el delantero formará en una delantera en la que parece más segura la ausencia de Luis Fabiano, pero muy fuerte tendría que ser el dolor para el motivadísimo Kanoute no pidiera ser titular... Es una final, no se olvide.

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