Gregorio Manzano se ve cada vez más acorralado por los resultados, pero su discurso sigue basado en la confianza y no se mueve de la aparente calma con que afronta cada golpe que le endosan los rivales y también los periodistas con sus preguntas. El entrenador jiennense, que habrá cumplido una vuelta al frente del equipo cuando concluya el partido de esta noche, fue requerido a que pusiera nota a su trabajo en el Sevilla, pero regateó el tema y a lo más que se atrevió fue a asegurar que en ese aspecto tiene la conciencia tranquila. "Soy el responsable del grupo y estoy firme, estoy fuerte... En muchos años de fútbol he pasado momentos complicados y esto ahora no me va a afectar. Estoy sereno y firme. Para poner puntuaciones habrá para todos los gustos, pero en cada competición ha habido circunstancias distintas, así que esperaremos al final de año para hacer las valoraciones. Desde que llegué me he entregado en cuerpo y alma y tengo la conciencia tranquila de haberlo dado todo", indicó con sosiego.

Al técnico ni le importa que su trabajo se mire con lupa cada domingo y prefiere mirar al frente y esperar. "Las lupas son más o menos grandes, depende. Esto forma parte de este trabajo. Solamente se mira la perspectiva más inmediata. Creo que hasta si yo fuera vosotros -espetó a los periodistas-, lo haría igual. Todo se reduce en el fútbol a esto... ahora se ven las cosas con mayor dimensión, pero no me afectan las lupas o que me miren más o menos. Soy el mismo. Soy el que tengo que estar sereno para tomar decisiones para sacar esto adelante".

Pero Manzano también es cierto que comanda un grupo que algunas cosas sí las está haciendo bien aunque queda poco tiempo. "Hay que salir a ganar. No creo que haya una idea distinta en las cabezas de los jugadores. Necesitamos que el fútbol nos dé algo de lo que hemos intentado. Necesitamos sonreír un poco. Por muy fuerte que sean los profesionales, ver que no tienen ni un mínimo premio... es duro. Por eso merecen esa recompensa".