El Ramón Sánchez-Pizjuán ha pasado de ser una fortaleza inexpugnable en competiciones europeas a un escenario propicio para sus rivales. Si desde que en 1958 que debutó en la Copa de Europa frente al Benfica hasta caer ante el AZ Alkmaar de Van Gaal (1-2) en la UEFA 06-07 Nervión no conocía la derrota de los suyos en torneos continentales, el último año ha sido nefasto para los blancos con tres citas perdidas en su feudo y un empate ante el Borussia Dortmund (2-2) aunque fuese con sabor a victoria por la clasificación para los dieciseisavos de final de la presente edición de la Liga Europa.

Aún no se ha cumplido un año -16 de marzo- del triunfo del CSKA Moscú (1-2) que significó el adiós a la Champions con aquel balón de Honda que se le escapó a Palop y desde entonces se ha llevado el triunfo del Sánchez-Pizjuán casi todo el que ha pasado por él.

El Sporting de Braga se impuso una nefasta noche de agosto (3-4) en el play off de la Champions, y ya en la Europa League, el PSG (0-1) y el Oporto (1-2) también se marcharon con triunfo del coliseo sevillista. Antes sólo había llegado en Nervión aquel lunar ante el AZ Alkmaar porque ni la eliminación de la Champions de hace dos años ante el Fenerbahçe turco puede considerarse una derrota como tal porque no lo fue, sino un triunfo (3-2) aunque al final los penaltis dejaran en el estadio una de las mayores decepciones europeas de los últimos tiempos.

Así, la única victoria sevillista en el último año se produjo ante el débil Karpaty Lviv ucraniano (4-0). Antes hay que remontarse al 9 de diciembre de 2009 para encontrar otra, un 1-0 al Rangers en la última jornada de la liguilla de Champions. Un partido en el que Jiménez hacía debutar a Cala.