Liga 1, 2, 3 · Sevilla atlético-Numancia

A la espera del guía Borja Lasso (1-1)

  • El Sevilla Atlético echa de menos el mejor estado de su jugador con más talento y empata con el Numancia.

Cotán celebra el tanto sevillista.

Cotán celebra el tanto sevillista. / Juan Carlos Muñoz

El Sevilla Atlético no pudo continuar con su racha de triunfos y se tuvo que conformar con sumar un solo punto ante el Numancia. Fue un partido en el que el filial nervionense echó de menos al mejor Borja Lasso, a su guía, al jugador que es capaz de desequilibrar a los rivales con su visión del fútbol y que, evidentemente, aún está en el proceso de recuperar su mejor momento físico después de la lesión que lo tuviera varado durante algún tiempo.

Borja Lasso lo intenta, escupe balones a una velocidad que ningunos son capaces de imitar en las paredes con sus compañeros, pero no le puede dar constancia a ese estilo tan definido. Aún le falta, lógicamente, coger el ritmo que tenía antes y eso sus compañeros lo añoran en demasía.

Porque de esta manera el Sevilla Atlético de Diego Martínez se hace un equipo mucho más previsible en sus acciones de ataque. La defensa sigue siendo igual de sólida y fiable, tanto que sólo pudo ser batida en esta ocasión a través de un penalti más que discutible que decretó Sagués Oscoz en una acción en la que no hubiera pasado absolutamente nada si la falta la pita a favor de David Carmona. Demasiado poco para decretar el punto de los 11 metros, sin duda, pero, claro, es un filial y es mucho más fácil tomar ese tipo de decisiones.

Así llegaría la igualada de un Numancia igual de bien plantado que los jóvenes sevillistas y que jamás renunció a intentar llevarse los tres puntos. Eso sí, como el Sevilla Atlético, tampoco soltó amarras del todo jamás. El resultado más lógico, por tanto, era un empate y ése fue el que contabilizó al final el acta del choque.

Diego Martínez arrancaba con su tradicional 1-4-2-3-1 con la diferencia que componía un doble pivote algo más creativo al introducir a Cotán donde habitualmente juega Yan Brice. El cuadro soriano, mientras, componía un 1-4-1-4-1 en el que Escassi barría por detrás de una línea que aunaba trabajo y cierta creatividad, sobre todo por parte de Ruiz de Galarreta y del zurdo Mateu.

El fútbol sería equilibrado en todo momento y con escasas oportunidades nítidas de haber batido al rival. Sí había algún conato. Ivi se empeñaba en los lanzamientos lejanos de falta con su golpeo plano, pero fueron a las manos de Aitor Fernández; Marc Gual era un quiero y no puedo; sólo un pase largo dejó solo a Ivi, pero no acertó en su testarazo. En el rival, mientras, muchos intentos de aprovechar el juego adelantado de Caro, sin éxito pese a alguna acción de calidad.

Ese discurrir fue alterado cuando Ivi y Curro permutaron sus bandas, ya que el madrileño fue capaz de meterle un centro perfecto a Cotán, quien remató de manera impecable para adelantar a los suyos. Lo más difícil estaba hecho, sobre todo ante un adversario que llevaba un mundo sin marcar un gol. Pero lo que no entraba en los cálculos de los sevillistas fue el regalo del penalti por parte de un Sagués Oscoz con pinta de buen proyecto de árbitro pese a las protestas.

El Numancia había empatado demasiado pronto y todo volvió al cauce del principio. En el segundo periodo, el juego fue igual de intenso, pero sin una participación más principal de Borja Lasso las ocasiones escasearon. Un cabezazo de Bernardo Cruz con todo a favor, un último intento de Marc Gual y poco más.

Menos da una piedra, debió pensar el filial, que sumó un punto más para buscar la salvación.

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