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La historia del eterno rehén

  • El Sevilla tilda de "falta de respeto" cualquier reunión entre la AFA y Sampaoli mientras en Argentina se da por hecho que dio el 'sí'

  • El técnico da mañana una versión

Jorge Sampaoli, ayer en la ciudad deportiva sevillista.

Jorge Sampaoli, ayer en la ciudad deportiva sevillista. / julio muñoz / efe

Recién aterrizado en Sevilla procedente de Hamburgo, donde el equipo nervionense puso fin a una semana de concentración con varios amistosos, Jorge Sampaoli le confesaba el pasado mes de julio en presencia de José Castro al único de los periodistas presentes que volvía con el equipo un sentimiento interior. "Dejaron marchar a todos menos a mí". La frase, medio en broma, medio en serio, escondía muchas cosas. Se quejaba el técnico argentino de que esa misma tarde había sido traspasado al Schalke 04 uno de los capitanes, Coke, que se quedó en Hamburgo, y sólo un día antes el goleador Kevin Gameiro, que ya había tomado un vuelo desde tierras alemanas para firmar por el Atlético.

Pero lo que más incomodó al técnico que había firmado su contrato apenas un mes antes fue la negativa del Sevilla a aceptar su marcha en el primer intento de la Asociación de Fútbol Argentina, en una convulsa semana en tierras alemanas muy parecida a ésta, con incesantes rumores y afirmaciones procedentes del país sudamericano sobre su futuro. Incluso tuvo que improvisarse una rueda de prensa de Monchi tras un entrenamiento y tanto el director deportivo como el presidente mantuvieron reuniones con Sampaoli en las que se le pidió explicaciones y también que aclarase su futuro y su compromiso con el club con el que acababa de firmar un contrato.

En su país su nombre sigue generando debate y Borghi volvió a criticarlo con dureza

La situación se calmó, Sampaoli aceptó las reglas del juego y renunció a su ilusión, entrenar a Argentina y a Messi. "Los sueños no se ponen a tiro cuando uno quiere", dijo el de Casilda. Entonces, el Sevilla exigió los 8 millones de cláusula de rescisión que figuraban en su contrato. La AFA no podía hacer frente en ningún caso a tal pago.

Ahora, todo parece volver a la misma o a parecida situación, aunque todas las cartas apuntan a que Sampaoli dejará de ser entrenador del Sevilla cuando acabe esta temporada. Mientras en Argentina todas las informaciones hablan de que el técnico habría dado ya el a Claudio Tapia, presidente de la AFA, y que Lillo lo acompañaría, en el club nervionense han sentado muy mal estas negociaciones y han dado pie a un comunicado oficial en el que avisa a los dirigentes de la albiceleste de que no aceptarán una reunión con el entrenador que está al mando de la nave precisamente ahora que el Sevilla se juega su presencia en la Champions la temporada que viene.

"Ante las informaciones aparecidas en diferentes medios de comunicación locales e internacionales en relación al posible interés de la Asociación del Futbol Argentino (AFA) de contratar como seleccionador nacional a Jorge Sampaoli -con contrato en vigor con el Sevilla FC hasta 30 de junio de 2018-, y ante las declaraciones en este mismo sentido que se le atribuyen al presidente de dicha Asociación, Claudio Tapia, sobre su intención de mantener una reunión en España con el entrenador sevillista en los próximos días, el Sevilla FC ha remitido hoy (por ayer) un escrito a AFA en el que manifiesta que, en el caso de ser ciertas dichas informaciones, el Sevilla FC consideraría una falta de respeto, al tiempo que inaceptable, cualquier reunión o contacto destinado a que el entrenador proceda a la ruptura contractual con este club, y que por tanto no dudará en hacer valer sus derechos", reza la nota publicada por el club, una reacción que en medios afines a la AFA ha sido catalogada como un "manotazo de ahogado".

La cúpula directiva del Sevilla ha exigido compromiso a Sampaoli en las siete jornadas que restan para el fin del campeonato y, sobre todo, que mantenga las formas, más allá de que su futuro pueda negociarse cuando la temporada haya acabado.

De hecho, el entrenador va a adelantar a mañana la rueda de prensa previa al partido del fin de semana, que será el domingo en Valencia. En dicha comparecencia con total seguridad suavizará su mensaje y expresará su compromiso y que nada va a desviar su atención en un momento clave de la temporada.

Sampaoli, más allá de su mensaje hoy, parece abocado a sentirse un "rehén", una palabra que ha utilizado en varias ocasiones para ilustrar su estado de ánimo cuando se ha visto obligado a cumplir lo firmado en otros clubes. Lo dijo así cuando estando en la U de Chile, tuvo la oferta para dirigir a la selección. En el caso actual, Sampaoli ha dicho que al Sevilla lo vincula "un contrato con un montón de aristas", refiriéndose a la penalización por rescisión unilateral.

Mientras, en su país el nombre de Sampaoli sigue provocando debate. El ex seleccionador chileno Claudio Borghi ya había cargado contra él y volvió a criticarlo. "Es un pelao y un sinvergüenza. Amaba a la U y se fue, amaba a la selección y fue un rehén. Se fue a un equipo [Granada], firmó un precontrato y después a otro. Y ahora viene a la selección argentina".

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